Epecuén: el pueblo fantasma bonaerense para visitar en una escapada

En el sudoeste de Buenos Aires, Epecuén se presenta como un destino único que fusiona ruinas petrificadas y recuerdos de un pasado glorioso. Un lugar ideal para aquellos que buscan una experiencia singular de descubrimiento y reflexión.

Por redacción

Jueves 15 de mayo del 2025 a las 12:12 pm

 

Las ruinas cubiertas de sal y los árboles petrificados cuentan la historia olvidada de Epecuén, un lugar que se ha convertido en un hito turístico en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Este enclave, que anteriormente fue un centro termal, ahora se presenta como un sitio de ruinas petrificadas que atrae a visitantes en busca de experiencias singulares.

 

El turismo en Buenos Aires se diversifica, y Epecuén surge como un ejemplo de la fusión entre naturaleza, memoria y una belleza desgarradora que guardan sus escombros. Este destino único invita a los viajeros a descubrir la profunda huella que dejó un desastre natural, en el cual la arquitectura monumental ha sobrevivido para contar su historia.

 

Epecuén es un fragmento del pasado que permanece vivo en la memoria colectiva, en un entorno que habla de pérdidas y resurgimientos. Situada en el partido de Adolfo Alsina, a poco más de 500 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Epecuén se encuentra a solo siete kilómetros de Carhué, lo que facilita su acceso e invita a combinar el recorrido con otras atracciones locales.

 

Fundado originalmente a la orilla de la laguna Epecuén, el pueblo fue un destacado epicentro de salud debido a las propiedades curativas de sus aguas. Sin embargo, la historia cambió drásticamente cuando, durante casi veinte años, el agua devoró sus calles y construcciones, ocultando un pasado glorioso.

 

Visitar Epecuén se convierte en una experiencia emocional que invita a explorar sus ruinas y descubrir los vestigios de un pueblo sumergido por el agua. A medida que uno camina entre los restos de lo que fue, se encuentran edificaciones que parecen congeladas en el tiempo, donde la sal ha moldeado esculturas naturales de indescriptible belleza.

Cada rincón revela la historia de un lugar que, a pesar de su tragedia, irradia una singular belleza. Uno de los íconos más impresionantes del lugar es el antiguo matadero municipal, diseñado por el arquitecto Francisco Salamone, conocido por su modernismo monumental.

 

Su torre permanece en pie, destacándose como uno de los puntos más fotografiados entre los visitantes. Además, la exploración del balneario antiguo revela piletas destruidas y los restos de hoteles y viviendas que parecen fantasmas, creando un paisaje de una estética casi posapocalíptica, que contrasta con la belleza del entorno.

 

Este paisaje cargado de historia y emoción forma parte de la Reserva Natural, Histórico y Cultural Laguna de Epecuén. Acceder a Epecuén es sencillo para quienes viajan en auto, ya que se puede llegar tomando la Ruta Nacional 33 hasta Pigüé y luego la Ruta Provincial 60 hasta Carhué, desde donde un breve trayecto conducirá a las ruinas del pueblo.

 

Alternativamente, aquellos que optan por el transporte público pueden tomar micros de larga distancia hacia Carhué desde la terminal de Retiro. Una vez allí, tienen la opción de contratar excursiones o alquilar bicicletas para disfrutar del entorno al aire libre, integrando a su viaje la exploración de este destino que es un verdadero viaje en el tiempo.

 

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