Vanguard estima un 65% de probabilidades de que haya recesión: consejos para proteger el portafolio
Los analistas de la entidad financiera proyectan que es muy probable que Estados Unidos entre en una recesión total durante los próximos 24 meses.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
Por la suba de tasas de interés, la elevada inflación, la crisis de la cadena de suministro y la inestabilidad geopolítica global, se estima que Estados Unidos entrará en recesión en el corto plazo.
Los analistas de Vanguard, una de las gestoras de fondos más grandes e importantes de la actualidad, pronosticaron que existe un 25% de probabilidades de que se dé este fenómeno económico en los próximos 12 meses y un 65% de que comience en los próximos 24 meses.
Asimismo, una encuesta de SmartAsset realizada entre casi 300 asesores financieros a principios de agosto encontró que el 80% cree que la nación de Biden ya está en una recesión o entrará en una durante los próximos 12 meses.
Hablar con profesionales
En primer lugar, es importante contactarse con nuestro asesor financiero de confianza. Cuando sufrimos de un dolor muscular, visitamos a un doctor; cuando tenemos un conflicto legal, hablamos con un abogado. Sin embargo, cuando la cartera de inversión no va como corresponde, tratamos de arreglarla por cuenta propia. Grave error.
En algunos casos, no estamos lo suficientemente capacitados como para tomar decisiones de inversión sin asesoría, lo que tarde o temprano se refleja en los malos resultados obtenidos. Si hay recesión, no será sencillo conseguir buenos retornos, por lo que hay que tomarse el tiempo de recibir una guía profesional.
Seguir un plan
Por otra parte, es esencial seguir un plan creado con anticipación. El objetivo es saber de antemano cómo reaccionar frente a los vaivenes bursátiles y qué acciones tomar en caso de que los resultados se desvíen de lo que teníamos pensado.
Ponderar la estabilidad
Asimismo, cuando llega la recesión, las empresas que menos perjudicadas salen son aquellas defensivas que ofrecen productos y/o servicios esenciales, ya que suelen mantener sus beneficios en épocas de incertidumbre.
Además, este tipo de compañías reparte atractivos dividendos trimestrales, ayudando a mantener la estabilidad global del portafolio y a cobrar una renta periódica sin importar lo que pase con las cotizaciones en el mercado secundario.