MSCI le soltó la mano a Argentina: seguimos en la categoría Standalone

MSCI decidió mantener a Argentina en la categoría standalone, excluyéndola de índices bursátiles emergentes. Esta medida limita las expectativas de inclusión financiera que esperaba el gobierno.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 5 horas

 

El gigante de la data financiera MSCI, que suele marcar la cancha para muchos inversores del mundo, decidió dejar a Argentina en la categoría “standalone”.. Es decir, no formamos parte ni del club de los “mercados emergentes” ni del de “mercados frontera”. La noticia se conoció este martes y cayó como baldazo de agua fría en la city porteña.

 

El Standalone es una cuarta categoría a nivel financiero, una suerte de Primera C (si lo comparamos con las populares categorías del fútbol argentino).

 

Muchos en el mercado local esperaban otra cosa, sobre todo después de que en abril se aflojaran algunas tuercas del cepo cambiario. Pero no alcanzó. Desde 2021 que Argentina quedó en esta especie de limbo financiero, después de que el cepo y otras trabas para los inversores extranjeros nos bajaran de categoría.

Según el último informe de “accesibilidad de mercado” que publicó MSCI, seguimos sin cumplir los requisitos básicos: poca liquidez, reglas poco claras y un acceso bastante enredado para los de afuera.

 

Uno de los puntos que más pesó en la decisión fue la falta de un mercado cambiario “offshore” más o menos decente. Aunque el BCRA liberó un poco en abril y permitió, por ejemplo, sacar dividendos al exterior desde enero de 2025, todavía hay trabas que complican a los fondos internacionales que quieren entrar a hacer negocios.

 

Otro tema que nos juega en contra es que mucha de la información de las empresas argentinas no está traducida al inglés, lo cual deja afuera a analistas globales que no entienden el español (un requisito insólito en tiempos de IA). También se mencionó la famosa “mano del Estado” que mete presión y genera desconfianza en eso de tener una economía realmente libre. A eso se suma lo de siempre: comisiones altas y poca competencia entre intermediarios, que encarece todo.

 

Para que se entienda: MSCI divide a los países en tres grupos —desarrollados, emergentes y frontera—. Los que no llegan ni a eso quedan como “standalone”, o sea, en una categoría aparte que nadie sigue mucho. Como dijo un analista de Guardian Capital, “es una forma elegante de decir que sos tan interesante que no hay con quién compararte”.

 

¿Y qué significa eso en la práctica? Que los grandes fondos que siguen los índices más conocidos (como los MSCI de mercados emergentes o frontera) no compran acciones argentinas. O sea: menos plata que entra, menos visibilidad afuera, más desconfianza y más difícil levantar cabeza.

 

No es sólo un tema de acciones. Estar en esta categoría también nos borra del radar de bancos globales y otros jugadores grandes del sistema financiero internacional.

 

Ahora bien, fuera del universo MSCI, Argentina sí figura como “emergente” en otros rankings, como el EMB de J.P. Morgan, que sigue la deuda soberana. Pero para los que miran acciones, MSCI sigue siendo el patrón del barrio.

 

La conclusión de la revisión de este año es contundente: aunque el Gobierno actual muestre señales más pro-mercado y haya cambiado el tono respecto al anterior, recuperar la confianza internacional va a llevar tiempo, trabajo y decisiones concretas.

 


 

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