Los "bonos catástrofe" vuelven a acaparar la atención del mercado
En lo que va del año, estos títulos se encaminan a cerrar con un rendimiento del 16% tras haber obtenido un récord del 20% en 2023.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
Los "bonos catástrofe" están volviendo a acaparar la atención de los inversores luego de que se haya terminado una temporada de huracanes raramente activa a lo largo de todo el mundo.
Estos bonos son emitidos por compañías aseguradoras para trasladar a los mercados de capitales los riesgos asociados a los desastres naturales extremos. Se les pide a los inversores que cubran las pérdidas si se produce una catástrofe predefinida, a cambio de una atractiva recompensa si no ocurre.
En lo que va del año, estos títulos se encaminan a cerrar con un rendimiento del 16% tras haber obtenido un récord del 20% en 2023. "Tuvimos dos años fantásticos", expresó Dirk Schmelzer, gerente de fondos en Plenum Investments.
La firma especializada en valores vinculados a seguros estima que el volumen de bonos catástrofe en fondos UCIT de Europa creció un 49% desde finales de 2022 hasta los USD 13.000 millones de finales de septiembre. Y según Artemis, el mercado total asciende a USD 48.000 millones.
Para Schmelzer, el incremento en la demanda de los inversores logró recortar ligeramente los rendimientos de este tipo de deuda, que además fueron influenciados por los recortes de tasas de interés por parte de los bancos centrales.
De acuerdo a Jeff Davis, quien gestiona USD 4.000 millones en activos vinculados a seguros en Elementum Advisors, quedó claro que el 2024 "se perfila como el segundo mejor año de la historia del mercado" para los bonos catástrofe. "Y ahora que los diferenciales bajaron, los patrocinadores están comprando más cobertura", agregó.
Mientras tanto, los gestores de fondos especializados en esta área están intentando reducir su exposición a peligros secundarios, que son choques globales en lugar de eventos aislados como huracanes, y que son mucho más complejos de modelar. No obstante, para las aseguradoras, los riesgos como tormentas eléctricas, incendios forestales e inundaciones son ahora los más significativos.