La inflación de Brasil sorprendió negativamente al mercado
Según datos oficiales revelados el jueves, los precios al consumidor aumentaron un 4,72% en comparación con el mismo período del año anterior, superando las expectativas del mercado de 4,56%.
Por Gonzalo Andrés Castillo
La inflación anual en Brasil registró una desaceleración menor a la anticipada a mediados de diciembre, subrayando los desafíos que enfrentan los banqueros centrales en su intento por recortar las tasas de interés y mantener los precios dentro del rango de tolerancia para fin de año.
Según datos oficiales revelados el jueves, los precios al consumidor aumentaron un 4,72% en comparación con el mismo período del año anterior, superando las expectativas del mercado de 4,56%. Mensualmente, la inflación fue del 0,40%.
El objetivo de la autoridad monetaria es alcanzar una inflación anual del 3,25% para este año y del 3% en 2024, con un margen de tolerancia de más o menos 1,5 puntos porcentuales. El incumplimiento de estos límites obligaría a las autoridades a emitir una carta pública explicativa.
Tras la publicación de la información, las tasas de swap, que reflejan el sentimiento de los inversores hacia la política monetaria, crecieron, indicando la percepción de que se requerirán mayores costos de endeudamiento para controlar la inflación. En concreto, los contratos con vencimiento en enero de 2025 subieron hasta siete puntos básicos.
A pesar de la flexibilización gradual de las tasas de interés implementada por el Banco Central de Brasil desde agosto, las preocupaciones persisten en medio de la incertidumbre interna y global. El aumento del 0,77% en los costos de transporte y el incremento del 0,54% en alimentos y bebidas contribuyeron significativamente a la sorpresa en la inflación de diciembre.
"Es un impacto fuerte y requiere atención. Nos preocupa", expresó el ministro de Finanzas Fernando Haddad, señalando que los billetes de avión subieron un 65% en los últimos cuatro meses.
Aunque la mayoría de los analistas confían en que la economía brasileña está experimentando una disminución de las presiones inflacionarias, persisten las dudas sobre cómo reaccionará el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ante una desaceleración más profunda de la actividad económica.
