El riesgo de no conocer el riesgo a la hora de invertir | Dolarhoy.com
Inversión|24 de septiembre de 2021

El riesgo de no conocer el riesgo a la hora de invertir

Nuestro manejo del riesgo en la vida cotidiana es un juego estadístico que, casi siempre de manera inconsciente, gestionamos en nuestras acciones diarias.

Por Sebastian Mel

Asesor BDI Consultora de Inversiones

 

El riesgo es inherente a la existencia. Nuestro manejo del riesgo en la vida cotidiana es un juego estadístico que, casi siempre de manera inconsciente, gestionamos en nuestras acciones diarias. Detenernos en un semáforo, mirar la fecha de vencimiento de un alimento, usar protección solar, contratar un seguro o ahorrar en dólares son algunos ejemplos de micro gestiones de riesgo que adoptamos casi de manera incuestionable. Pero el riesgo es un espectro mucho mayor que, en el mundo de las inversiones, pocos conocen 

 

El riesgo financiero se refiere a las incertidumbres sobre el rendimiento de una inversión. Esto puede parecer muy claro y hasta obvio, pero es en realidad un concepto que amerita un análisis más profundo. Existen 8 categorías de riesgo que afectan a nuestras inversiones. Las analizamos en detalle:

 

  1. El riesgo cambiario: Todos los  activos financieros están denominados en alguna moneda. Independientemente del desempeño de un activo puntual, la moneda en la que se transa el activo es tanto o más importante que el activo en sí. De nada sirve un activo que rinde 100% anual en una moneda que se devalúa 200% al año. Es por esto que muchos inversores definen mercados como el de Argentina como “mercados de trading”, ya que en el largo plazo suelen ser poco efectivos en moneda dura.
  2. El riesgo de tasa: Los activos cotizan en países donde existen políticas de tasa de interés. Si la tasa sube, el activo bajará y viceversa. Un activo que tiene un rendimiento determinado afectará su rendimiento si la política de tasas se modifica. No tiene sentido para el inversor arriesgar su dinero para obtener 20% si la tasa libre de riesgo es del 37%. Su negocio, que genera rentabilidades por 20%, valdrá menos porque la tasa lo vuelve poco atractivo.
  3. El riesgo de Mercado: Toda inversión cotiza en un mercado, y las características de este estarán implícitas en el riesgo del activo. La inestabilidad política de un país subdesarrollado generará condiciones macro y microeconómicas que trasladarán dicha inestabilidad a la inversión. El inversor se torna más exigente, demandando mayores rentabilidades ante el riesgo asumido. Si no las obtiene, abandona ese mercado. No existe lógica financiera en arriesgar mucho para ganar poco.
  4. El riesgo de crédito: Suele ser el más popular de los riesgos, dado que está directamente vinculado a la capacidad de pago del deudor. Un deudor con historial de impago presenta un riesgo mayor a sus acreedores. Aunque se lo asocia generalmente a la renta fija (bonos soberanos, provinciales, corporativos, entre otros), el riesgo de crédito no debe pasarse por alto también en la renta variable. El caso EVERGRANDE lo deja bien claro. Las acciones de la empresa cayeron 85% en tan sólo 6 meses. Eso se da porque la empresa no puede afrontar deudas con sus acreedores. Los inversores ven con descreimiento que la empresa pueda pagar. La renta variable sufre.
  5. El riesgo de liquidez: Similar al riesgo de crédito, en tanto el deudor no puede pagar al acreedor. La diferencia radica en que el deudor TIENE activos para afrontar su deuda, pero por motivos diversos, no puede convertirlos en efectivo para pagar. Además, el deudor se encuentra en la encrucijada de liquidar activos que le son necesarios para continuar su actividad, sin los cuales deberá elegir entre seguir produciendo y no pagar su deuda, o pagar y cerrar, por ejemplificar de alguna manera.
  6. El riesgo operativo: Es el riesgo vinculado especialmente a la operatoria del negocio. Un despacho de arena en el desierto tiene un riesgo de ser poco rentable, infinitamente superior que uno de venta de agua. El entorno y la variables que muchas veces son ajenas a la operatoria, son un riesgo a tener en cuenta. La obsolescencia es otro riesgo operativo. La inversión en videoclubes supo tener un auge que la misma tecnología del streaming y on demand terminaron por dilapidar. Este riesgo requiere del inversor una mirada a largo plazo, no sólo sobre la inversión, sino sobre la permanencia de la empresa dentro del ecosistema.
  7. El riesgo país: Ciertamente uno de los más populares por estos pagos. Básicamente es la unidad de medida que se utiliza para comparar la coyuntura macroeconómica y la seguridad jurídica de un país a la hora de invertir en su mercado, industria o activos. En líneas generales, utiliza como medición la tasa a la que el mercado le está prestando dinero al país (a través de bonos soberanos), restando la tasa libre de riesgo a nivel mundial (Bono Americano a 10 años). Esto obviamente genera tensiones y presiones sobre las rentabilidades a obtener. Una empresa internacional que fabrica un producto determinado observa el mapa mundial antes de decidir la base de operaciones de su negocio. A mayor el riesgo país, mayores beneficios procurará. Si no los encuentra, disminuye su riesgo. Nuevamente, no existe lógica financiera donde se obtengan rentabilidades similares asumiendo riesgos disímiles.
  8. El riesgo sistémico: Este tipo de riesgo se relaciona con la posibilidad de que un efecto global dentro de un sector arrastre al negocio. Es decir, por ejemplo, la inversión inmobiliaria puede verse afectada por cataclismos crediticios, financieros, bancarios, entre otros. El riesgo sistémico es grande. Un cataclismo en el sector textil tiene menos posibilidad de arrastre por fuera de su sistema. Cada sistema es un mundo con reglas propias, pero muchos sistemas tienen el peso suficiente como para arrastrar a otros.

En síntesis, y a modo de conclusión, siempre es necesario tener en cuenta que existen múltiples riesgos a la hora de invertir. No es posible evitarlos todos, pero la gestión de riesgo de nuestras inversiones nos permitirá anticipar movimientos de mercado, políticos, económicos y sociales que nos harán saber cuando una inversión llegó a su fin y ha llegado el momento de migrar hacia nuevas inversiones.