El Increíble Legado de Benjamin Graham, el mentor de Warren Buffett

Conocé su visión, reglas y secretos a la hora de invertir, y cómo influyó en Warren Buffett.

Por Mario Capeluto

Inversor y escritor de las obras “El Inversor de Bolsillo argentino” y “El Inversor de Bolsillo Dos – Invirtiendo cómo los que saben”

 

Benjamin Graham (nacido Benjamin Grossbaum) (Londres, 8 de mayo de 1894 – 21 de septiembre de 1976) fue un inversionista, autor y profesor. Se lo considera como el padre del Value Investing (inversión en valor), ya que empezó a enseñarlo en la Escuela de Negocios de Columbia en 1928 y posteriormente lo fue plasmando a lo largo de las ediciones de su famoso libro Security Analysis (Análisis de Valores), escrito por él junto a David Dodd.

 

Entre los discípulos de Graham se encuentran Charles Brandes, Tom Knapp, Warren Buffett, William Ruane, Irving Kahn y Walter J. Schloss. Buffett reconoce que Graham fue quien más influyó en su vida, incluso afirmando que es quien más lo ha hecho solo después de su padre. Incluso el afirmó que su modo de invertir es en un 85% el método Graham. Incluso llamó a uno de sus hijos Howard Graham Buffett en su honor.

 

Si bien nació en Londres, apenas cuando tenía 1 año su familia se fue a Nueva York. Luego de pasar varios años de pobreza y tras la muerte de su padre, se graduó en la Universidad de Columbia, con solo 20 años. A pesar de haber recibido varias ofertas de empleo, decidió tomar un trabajo en Wall Street para posteriormente fundar la Graham-Newman Partnership. Para el año 1949 publicó su obra más aclamada, The Intelligent Investor (El Inversor Inteligente). Esta obra tuvo varias ediciones, la última fue en publicada en 2003. En esta cuenta con el prólogo y apéndice escrito por justamente Warren Buffett, quien habla de este libro como "el mejor libro sobre inversión que se haya escrito."

 

Cómo invertía Benjamin Graham

Si bien ambos libros mencionados, Security Analysis y Intelligent Investor, son excelentes obras, en lo personal recomiendo más este último, ya que resulta mucho más sencillo de comprender. En particular, los comentarios de Jason Zweig de la última edición resultan muy enriquecedores, ya que aplica los conceptos descriptos en tiempos actuales, dando ejemplos concretos que nos pueden resultar más familiares.

 

Graham sostenía que obtener buenos resultados de inversión dependía de tomarse tiempo analizando qué empresas están infravaloradas en la actualidad y apostar a largo plazo por las mismas, esperando que el mercado ajuste dicho desfasaje. Algunas de las reglas con las que él se manejaba eran las siguientes:

 

1)    Apostar a Largo plazo: Graham frecuentemente alude a los que buscan ganancias rápidas como “especuladores”. El análisis que debe hacer el inversor debe incluir las perspectivas a futuro, lo que hará que eventualmente se corrija esta distorsión entre el verdadero valor y el precio actual.
2)    Apostar a un P/E inferior a 10: Veremos con detalle qué significa esto en el capítulo siguiente, pero por ahora solo comentaremos que la P significa Precio y la E, Earnings (ganancias). Por lo tanto, es la división entre el precio total de la empresa en la bolsa y las ganancias. Por lo general, el cálculo se hace sobre las ganancias del último año, pero Graham recomendaba calcularlo sobre el promedio de los últimos 5 años. Es importante aclarar que en la Argentina no podríamos hacer esto sin ajustar las ganancias por inflación, ya que si pensamos en 5 años atrás con valores en pesos, tendríamos valores ridículos (sin ir más lejos, por $100 por persona se podía cenar en un restaurant).
3)    Un verdadero inversor es aquel que se considera propietario de la empresa, por lo tanto, está muy interesado en cómo destina sus ganancias, que sus beneficios aumenten y que en definitiva sea rentable. No le importa tener que esperar para poder obtener sus beneficios. Graham define la inversión como una operación que, tras un análisis exhaustivo, promete seguridad y un rendimiento adecuado. 
4)    Inversores pasivos e Inversores activos: Los inversores pasivos son los que se buscan evitar pérdidas o errores graves. No pueden dedicar mucho tiempo a seleccionar activos y procuran equivocarse lo menos posible. Por el contrario, los inversores activos o emprendedores son los que dedican mucho tiempo a buscar las mejores opciones donde invertir para lógicamente tener un mejor rendimiento. Según Graham, si son pacientes y con esfuerzo, pueden llegar a tener beneficios superiores al promedio del mercado. 
5)    El mercado es un maníaco depresivo: Una alegoría muy oportuna que él realiza es que el Sr. Mercado es alguien de estas características, que todos los días golpea a nuestra puerta ofreciéndonos comprarnos nuestra casa. Algunos días está eufórico y nos ofrece muchísimo dinero, más de lo que vale en realidad. Otros, extremadamente poco. Un buen inversor no debería preocuparse por los errores de juicio que cometan otros, más bien, debería aprovecharse de estos ciclos para comprarle a precios bajos y venderles a precios altos.
6)    Margen de seguridad: El inversor debe entender que los cálculos de valuación nunca serán exactos, por lo que debe asegurarse que entre lo que paga y lo que recibe hay una diferencia sustancial. Por poner un ejemplo práctico, no sería lógico pagar 95 por algo que creemos que vale 100. Muy diferente sería si pagamos 50 por eso mismo. Al comprar acciones que están infravaloradas con un margen importante, uno se asegura no perder mucho dinero ya que las fluctuaciones de corto plazo son impredecibles. Cuánto más barata sea una acción, mayor es el margen de seguridad que nos da.
7)    Sentido común: La filosofía de inversión que él recomienda se basa en la lógica. De hecho, textualmente el escribió que si desea “obtener unos resultados continuados mejores que la media, el inversor debe seguir unas políticas que sean (1) inherentemente sensatas, firmes y prometedoras, y (2) que no gocen de popularidad en el mercado de valores.”  *
*El Inversor Inteligente, pg. 49

 

8)    El gran enemigo del inversor de la inflación, y la mejor manera de protegerse de esta es mediante la inversión en acciones.
9)    El inversor debe diversificar apropiadamente, incluyendo bonos y acciones en su cartera. Él recomienda que deben asignarse entre un 25 y 75% en cada una, variando de las condiciones de mercado. En situaciones normales, se asignaría mitad bonos mitad acciones, en un mercado alcista con pocas acciones con margen de seguridad, debería llevarse hasta un 75% la cantidad de bonos en cartera. Pero cuando estemos en un mercado bajista y haya muchas oportunidades, podríamos modificarla hasta un máximo de 75% en acciones. 
Muchos se preguntarán por qué no 100% en acciones. Jason Zweig, comentarista de la última edición, comenta que sólo sería aconsejable si ahorramos suficiente dinero en efectivo para mantener a nuestra familia por un año, tenemos pensado seguir invirtiendo por los próximos 20 años, sobrevivimos sin vender en el último mercado bajista aprovechándolo como oportunidad de compra, y por último leímos y comprendimos el siguiente punto:
10)    Entender la relación entre la fluctuación del mercado y el inversor: El capítulo 8 del libro El Inversor Inteligente (5ta Ed. 2003), en lo personal mi favorito, y seguramente el más importante, contiene una gema en su página 232: 

 

"No obstante, se debe tener en cuenta este hecho importante: el verdadero inversor prácticamente nunca se ve obligado a vender sus acciones, y, salvo en esos contados momentos en que pudiese verse forzado a vender, está en perfectas condiciones para desentenderse de la cotización vigente. Deberá prestar atención a las cotizaciones y llevar a cabo alguna intervención únicamente en la medida en que le convenga, y no más. Por lo tanto, el inversor que permita que otros le arrastren a las estampidas o que se preocupe indebidamente por las retracciones injustificadas provocadas por el mercado en sus carteras estará transformando perversamente su ventaja básica en una desventaja esencial. Se trata de personas que estarían mejor si sus acciones no cotizasen en absoluto porque podrían librarse de la angustia mental que les provocan los errores de juicio cometidos por otras personas."

 

Cuando Graham nos habla de errores de juicio, nos está mostrando que eventualmente la gente podría abalanzarse para vender acciones de una excelente compañía, provocando que su cotización caiga en picada. Debido al daño mental que podemos sufrir viendo como nuestra cuenta comitente se cae a pedazos, deberíamos comprender bien que eso nos podría ocurrir. 

 

El legado imborrable de Benjamin Graham

Benjamin Graham, a menudo considerado el padre del value investing, dejó una huella imborrable en el mundo de las inversiones. Su enfoque racional y disciplinado para seleccionar acciones, basado en un análisis profundo de sus valores intrínsecos en lugar de seguir las tendencias del mercado, ha inspirado a generaciones de inversores (me incluyo).

 

El impacto de Graham en el mundo de las inversiones

  • Warren Buffett: Uno de los discípulos más famosos de Graham, Warren Buffett, ha construido una fortuna siguiendo los principios de su mentor. Berkshire Hathaway, la compañía de Buffett, es el mejor ejemplo de cómo el value investing puede generar retornos extraordinarios a largo plazo.
  • La Escuela de Valor: Graham estableció una escuela de pensamiento que ha influido en generaciones de inversores. Muchos de los gestores de fondos más exitosos del mundo se consideran seguidores de Graham.
  • El Índice S&P 500: Aunque Graham era un crítico de los índices de mercado, el éxito a largo plazo del S&P 500 ha validado en cierta medida su enfoque. Muchas de las empresas que componen el índice son compañías sólidas con valoraciones atractivas.

Relevancia del Value Investing en la Actualidad

A pesar de la creciente popularidad de las inversiones pasivas y los enfoques cuantitativos, el value investing sigue siendo una estrategia válida y eficaz. Sin embargo, el entorno de inversión ha cambiado significativamente desde la época de Graham. Los inversores modernos deben adaptarse a nuevos desafíos, como:

 

  • La proliferación de productos financieros complejos: Los derivados, los fondos cotizados en bolsa (ETF) y otros instrumentos financieros pueden complicar la tarea de evaluar el valor intrínseco de una empresa.
  • La influencia de los medios sociales y las noticias: La información se propaga más rápido que nunca, lo que puede generar volatilidad en los mercados y dificultar la toma de decisiones racionales. En general, cuando una empresa está subvaluada, los inversores pueden darse cuenta más rápido, aunque no siempre es el caso.
  • El surgimiento de nuevos sectores: La tecnología, la biotecnología y otros sectores emergentes plantean nuevos desafíos para los inversores de valor.

Conclusiones

El legado de Benjamin Graham sigue siendo relevante en la actualidad. Sus principios fundamentales proporcionan una base sólida para la toma de decisiones de inversión a largo plazo. Sin embargo, los inversores deben adaptar estos principios al entorno de mercado actual y siempre estar dispuestos a aprender y perfeccionar sus habilidades.

 

Nota: parte del contenido forma parte de El Inversor de Bolsillo Dos: Invirtiendo como los que saben. Más información.

 

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