Dónde invertir nuestros dólares
Muchos de mis clientes me consultan si es buena idea comprar bonos en dólares del gobierno, siendo que ya salimos del default. Tener en cuenta que los bonos mas cortos en dólares son e AL29 o AL30 que vencen, respectivamente, en 2029 y 2030, pero con la particularidad que empiezan a devolver capital en 2024. El tema es que los cupones de intereses son muy bajos y hay que esperar hasta que empiece a devolver capital (2024) para ver un flujo de fondos razonable. Por lo que de corto plazo no vamos a obtener rentabilidad salvo que se revaloricen el precio de los mismos en el mercado, siendo que están con una paridad de menos del 40% (ósea valen el 40% de lo que deberían valer). Para que el precio de los bonos suba se tienen que dar una serie de factores y la “confianza” del mercado en el deudor (el gobierno) es el primero de ellos, además de demostrar intenciones en bajar el déficit fiscal, arreglar con el FMI etc. Por lo que no lo veo como una inversión de corto plazo, pero sí de mediano largo plazo para inversores que quieran asumir riesgos y buscar altas rentas con dinero que no necesitan disponer en el corto plazo ¿Por qué? Porque estos bonos están rindiendo en torno al 17-18% anual en dólares, si nos los quedamos hasta el vencimiento. De corto plazo no vamos a recibir casi intereses y está el riesgo de que los precios sigan bajando, de largo plazo estamos comprando un activo con un rendimiento tremendo en comparación al resto de los países del mundo y tenemos margen de tiempo para que el gobierno demuestre querer hacer las cosas bien.
¿Qué podemos hacer de corto plazo?
Buscar deuda privada, obligaciones negociables en dólares de empresas como Cresud, Irsa, Pampa, Genneia etc que actualmente están rindiendo entre un 8% y 10% anual en dólares a un plazo aprox de 2 años. Siguen siendo instrumentos de riesgo si comparamos las tasas que nos pagan con las tasas internacionales (entre 0% y 1%) por lo que una persona conservadora que quiere invertir en estos instrumentos podría optar por no invertir todos sus dólares y dejar una parte liquida. Por ejemplo, si invierto el 50% de mis ahorros en un instrumento que me rinde el 10% anual en dólares, estoy obteniendo un rendimiento por el total de mis dólares de un 5% anual y cuento con la liquidez de tener la mitad de mis ahorros en billete por si surge alguna oportunidad a futuro.
