La Justicia de EE.UU. falló a favor de Meta en una causa por derechos de autor y entrenamiento de IA
Un juez de San Francisco le dio la derecha a Meta frente a un grupo de autores que la acusaban de usar sus libros sin permiso para entrenar su inteligencia artificial. Dijo que el reclamo no estaba bien planteado, aunque aclaró que eso no hace legal lo que hizo la empresa.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, zafó (por ahora) en una causa judicial que le habían iniciado varios autores por usar sus libros para entrenar su sistema de inteligencia artificial. El juez federal Vince Chhabria, de San Francisco, desestimó la demanda, al considerar que los escritores no lograron demostrar con pruebas sólidas que la IA de Meta iba a afectar directamente la venta o el valor de sus obras.
Según explicó el magistrado, los autores no armaron bien su caso. Pero dejó en claro que eso no significa que lo que hizo Meta esté dentro de la ley. “Este fallo no defiende la proposición de que el uso de materiales protegidos por derechos de autor por parte de Meta para entrenar sus modelos de lenguaje sea legal”, aclaró Chhabria. “Solo defiende la proposición de que estos demandantes presentaron los argumentos equivocados”.
Desde el estudio de abogados de los autores, Boies Schiller Flexner, salieron a criticar la decisión, señalando que Meta tiene un “historial indiscutible de piratería de obras protegidas por derechos de autor sin precedentes históricos”. Por su parte, voceros de Meta celebraron el fallo y defendieron el “uso justo” como una base legal clave para el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial.
Los escritores habían presentado la demanda en 2023, acusando a Meta de haber usado versiones pirateadas de sus libros sin permiso ni compensación para entrenar su modelo de IA llamado Llama. Es uno de varios casos que hoy se están peleando en los tribunales contra empresas como OpenAI, Microsoft y Anthropic por temas parecidos.
El punto de discusión gira en torno a la figura del “uso justo”, que en la ley de EE.UU. permite usar material con copyright sin pedir permiso, siempre que sea en ciertas condiciones. Las grandes tecnológicas se agarran de eso para justificar que sus IAs pueden estudiar obras protegidas y aprender de ellas para generar contenido nuevo, creativo y transformador.
Pero del otro lado, los autores sostienen que las IAs están directamente copiando su trabajo para producir contenido que compite de lleno con lo que ellos hacen, y que eso pone en riesgo su trabajo. El propio Chhabria se mostró comprensivo con ese argumento en una audiencia previa, y volvió a mencionarlo esta semana.
“El entrenamiento de modelos de IA con obras protegidas por derechos de autor puede generar una avalancha de imágenes, canciones, artículos y libros que se producen con una fracción del tiempo y el esfuerzo humano”, advirtió el juez. Y eso, dijo, puede terminar debilitando el mercado de esos trabajos, y por ende, desincentivar la creación hecha a la vieja usanza.
La causa deja en claro que la justicia todavía está tanteando el terreno en materia de derechos de autor e inteligencia artificial. Hay posiciones encontradas entre jueces, y ninguna doctrina firme que defina qué es legal y qué no. Mientras tanto, el avance de la IA sigue a toda velocidad.
Habrá que seguir de cerca cómo evolucionan estos juicios, porque el resultado puede cambiar la manera en la que se desarrollan estas tecnologías, pero también cómo se protege (o no) el trabajo creativo. Por ahora, Meta sumó un punto a favor. Pero el partido está lejos de estar terminado.