Trump, tarifas y Fed: señales de alerta para economías como la argentina

La desaceleración de la inflación núcleo en los últimos trimestres dio lugar a especulaciones sobre recortes graduales, aunque las autoridades monetarias se muestran reacias a confirmar una relajación sostenida. 

Por redacción

Hace 1 hora

Por estos días, los mercados financieros globales siguen con atención la posible reintroducción de tarifas comerciales por parte de Estados Unidos, un fenómeno que no solo remite a estrategias proteccionistas, sino que amenaza con reavivar presiones inflacionarias en un escenario de alta liquidez monetaria. La cuestión, sin embargo, va más allá de una simple disputa comercial: se trata de evitar un error de política monetaria con consecuencias históricas.

 

Desde Janus Henderson, una de las gestoras de activos más influyentes del mundo, alertan que las distorsiones de oferta provocadas por nuevos aranceles —combinadas con una base monetaria aún elevada tras los estímulos de la pandemia— podrían generar un rebrote inflacionario. La advertencia no es menor si se tiene en cuenta que los paralelismos con los años 70, una década marcada por la estanflación, son cada vez más evidentes.

 

En aquel entonces, la Reserva Federal redujo prematuramente las tasas de interés tras un primer pico inflacionario, lo que provocó una segunda ola aún más difícil de contener. Hoy, la historia podría repetirse. Tras once subas consecutivas de tasas entre 2022 y 2023, la Fed se encuentra en un punto de inflexión, con señales mixtas sobre el rumbo de su política.

 

La desaceleración de la inflación núcleo en los últimos trimestres dio lugar a especulaciones sobre recortes graduales, aunque las autoridades monetarias se muestran reacias a confirmar una relajación sostenida.

El factor que podría alterar ese equilibrio es, precisamente, el regreso de los aranceles. En plena campaña electoral, Donald Trump ha prometido aplicar un arancel general del 10% a todas las importaciones si regresa a la Casa Blanca. También plantea tarifas más elevadas para bienes chinos, con el argumento de proteger el empleo y la industria local. Si estas medidas se concretan, Estados Unidos podría ingresar en una fase de inflación impulsada por choques de oferta, difícil de corregir con políticas convencionales.

 

Este escenario aumentaría las probabilidades de un nuevo error de la Fed: bajar tasas demasiado rápido bajo presión política o electoral, alimentando así las expectativas de inflación. “El resultado sería una segunda ola inflacionaria que exigiría luego tasas aún más altas para restablecer la credibilidad del banco central, con consecuencias contractivas para la economía global”, analiza Ashwin Alankar, director de Asignación de Activos Global y gestor de carteras en Janus Henderson.

 

En este contexto, el riesgo para los mercados emergentes —incluyendo a la Argentina— no es menor. Una suba de tasas más agresiva en EE. UU. impactaría en el costo de financiamiento externo, en los flujos de capital y en la estabilidad de los tipos de cambio. Además, el endurecimiento comercial norteamericano afectaría los precios internacionales y la dinámica del comercio global, en un momento en que muchas economías en desarrollo dependen de una reactivación sostenida de la demanda externa.

 

Las lecciones del pasado son claras. Repetir errores de política monetaria en un contexto de alta fragilidad podría tener un costo elevado. Lo que está en juego no es solo la trayectoria de la inflación, sino la estabilidad financiera de la mayor economía del mundo y su efecto dominó sobre el resto del sistema.

 

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