Suba de tasas y encajes: la estrategia oficial para frenar la presión sobre el dólar

El Gobierno busca enfriar la plaza financiera con medidas duras para retener los pesos en el sistema y ganar aire de cara a las elecciones.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

Con las elecciones de medio término cada vez más cerca, el ministro Luis Caputo salió a jugar fuerte. Desde este lunes rigen nuevas reglas para los bancos: más encajes, controles más estrictos y una licitación sorpresa para absorber los pesos que quedaron sueltos en la última colocación. La idea es simple: que la plata no se vaya al dólar ni se traduzca en más inflación.

 

El paquete implica que los bancos tendrán que inmovilizar en el Banco Central la mitad de los depósitos en cuentas a la vista y cajas de ahorro. De ese total, un 40% deberá quedar en efectivo y el 10% podrá integrarse con bonos. Una movida que, en la práctica, achica la capacidad de los bancos para prestar y encarece el crédito.

 

Para aceitar el mecanismo, la Secretaría de Finanzas lanzó una colocación extraordinaria destinada a captar parte de los casi $6 billones que los bancos no quisieron renovar en la última licitación. Un número enorme que, si se moviera hacia el dólar o los precios, podría complicar la pax cambiaria que tanto busca el oficialismo.

 

Las tasas, mientras tanto, se dispararon: llegan al 70% anual en promedio, con picos del 80% en descubierto en cuenta corriente. Muy por encima de la inflación proyectada (20% para los próximos 12 meses), lo que genera un doble efecto: atrae pesos hacia instrumentos financieros pero también le pega de lleno a la actividad y al financiamiento de las empresas.

El costado positivo para el Gobierno es que, con semejante nivel de tasas, el dólar oficial pegó un respiro y bajó de $1.380 a $1.310 en apenas dos semanas. La mayor liquidación del agro y la tentación de pasarse a pesos por los rendimientos ayudaron a ese derrumbe.

 

Pero la contracara es delicada: economistas advierten que pagar tasas reales tan altas se traduce en un aumento fuerte de la deuda pública. “En términos fiscales es una bomba de tiempo, porque lo que hoy parece control es deuda que se acumula para mañana”, alertan en la City.

 

En criollo: Caputo eligió el camino de la tasa alta y el torniquete monetario para mantener calma en el dólar, aun a costa de enfriar la economía. El riesgo es que, en un año electoral, la cuerda quede demasiado tensa y el rebote se sienta de golpe.

 

 

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