Renuncian dos secretarios clave del Ministerio de Economía y sus funciones se reestructuran
Marcos Ayerra y Esteban Marzorati dejan sus cargos en medio de una reorganización interna del Ministerio de Economía. El sector pyme, en alerta por la falta de respaldo en plena recesión y apertura de importaciones.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Ministerio de Economía confirmó este martes dos salidas de peso en su estructura: Marcos Ayerra, secretario de la Pequeña y Mediana Empresa, y Esteban Marzorati, secretario de Industria y Comercio, dejarán sus cargos el próximo 14 de agosto. La noticia fue oficializada por el propio Luis “Toto” Caputo en su cuenta de X, donde les agradeció el trabajo con un tono afectuoso: “¡Los vamos a extrañar!”.
Según explicó la cartera económica, ambas áreas quedarán bajo el ala de la Secretaría de Coordinación de Producción, que comanda Pablo Lavigne. La medida forma parte de un plan de “optimización estructural”, una manera elegante de decir que se están achicando las estructuras para recortar gastos.
Durante su gestión, Ayerra impulsó programas como el Legajo Único Financiero y Económico (LUFE), las SGRs, Capacitar y el Centro de Ayuda Pyme, todos orientados a darle herramientas a las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, con la política de déficit cero como bandera, muchos de esos programas fueron achicados o directamente descontinuados.
Una fuente del ministerio fue clara: “Lo lógico fue que, conforme se terminaban esos programas, no se volvieran a abrir ni se crearan nuevos que entregaran Aportes No Reembolsables (ANR)”. Traducido: si no genera plata, no hay plata.
Del lado empresarial, la reacción no tardó en llegar. Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), expresó su preocupación y reclamó que se revierta la decisión de cerrar la secretaría. “Hoy las pymes sufren una crisis muy fuerte por la caída del poder adquisitivo, la baja en el mercado interno y la competencia de productos importados”, alertó.
Si bien desde Economía aseguran que los equipos seguirán en funciones, para el sector industrial la señal es preocupante. Con el crédito caro y las ventas en picada, el temor es que las PyMEs —que representan el corazón del empleo formal en el país— queden a la deriva, sin una ventanilla clara para canalizar reclamos ni políticas activas.