Argentina cierra 2024 con el gasoil más caro de la región y una caída en el consumo de nafta premium

A pesar del récord en Vaca Muerta, el gasoil en Argentina cuesta USD 1,19 por litro, afectando a consumidores y productores. En los primeros once meses de 2024, la compra de nafta premium cayó un 20% en comparación con el año anterior.

Lunes 06 de enero del 2025 a las 11:17 am

 

Argentina cerró el año 2024 marcando un récord de producción en Vaca Muerta, pero a la vez enfrentando el gasoil más costoso de la región. El precio por litro de gasoil se sitúa actualmente en USD 1,19 en el país, superando a naciones vecinas como Uruguay, que tiene un costo de USD 1,15, y Brasil, donde se puede conseguir a USD 1,01. Sin embargo, la nafta se encuentra en un límite entre precios competitivos, siendo más económica que en Chile y Uruguay, pero por encima de Brasil y Perú, siempre medidos al dólar oficial.

 

Sectores productivos, especialmente el agro, sienten las repercusiones de estos precios, ya que el combustible es una parte de su estructura de costos. Las tarifas actuales podrían ser un factor determinante en la actividad de los sectores que dependen de un flujo constante de combustible.

 

Los incrementos en los precios han llevado a una disminución notable en la compra de combustible por parte de los usuarios en las estaciones de servicio, siendo más notoria en los segmentos de precios elevados. Según los datos brindados por la cartera de Energía, los primeros once meses de 2024 evidencian un consumo de 2.000.340 m3 de nafta premium en Argentina, lo que representa una baja del 20% en comparación con el mismo período del año anterior.

 

Los analistas advierten que esta tendencia podría continuar si los precios del combustible no se estabilizan. La combinación de costos elevados y la reducción del consumo aseguran que podría impactar negativamente en la economía, afectando tanto a los consumidores como a los productores, quienes ya enfrentan márgenes ajustados.

 

El Gobierno ha anunciado medidas para intentar controlar la inflación del combustible, aunque los expertos cuestionan su efectividad. Mientras tanto, los consumidores buscan alternativas más económicas, como el uso de transporte público o vehículos eléctricos, lo que podría marcar un cambio en los hábitos de consumo a largo plazo.

 

Esta situación económica ha llevado a los consumidores a replantear sus gastos, lo que podría derivar en una desaceleración del crecimiento. Además, la presión sobre el Gobierno para encontrar soluciones efectivas aumenta, mientras la población espera respuestas concretas.

 

El panorama se complica aún más para los sectores que dependen del transporte, ya que el encarecimiento del gasoil podría traducirse en aumentos de precios en bienes y servicios. Los actores del mercado exigen medidas urgentes que permitan revertir esta tendencia y estabilizar el sector energético.

 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?