La pobreza bajó fuerte y marcó el nivel más bajo desde 2018

Según el INDEC, en el primer semestre de 2025 la pobreza cayó a 31,6% y la indigencia a 6,9%. Se trata de una mejora frente al año pasado, aunque  advierten que la tendencia podría frenarse si sube la inflación.

Por redacción

Hace 3 horas

La última medición del INDEC trajo un alivio: la pobreza bajó 6,5 puntos porcentuales en los primeros seis meses del año y alcanzó al 31,6% de las personas, el registro más bajo desde 2018. Un año atrás, esa cifra era del 52,9%, en plena crisis inflacionaria.

 

En tanto, el 24,1% de los hogares se ubicó por debajo de la línea de pobreza y, dentro de ese universo, el 5,6% está en situación de indigencia.

 

La caída fue generalizada en todas las regiones y se sintió especialmente en los primeros meses del año, cuando la recuperación del salario real y cierta mejora en la actividad económica empujaron los ingresos por encima del costo de vida. En comparación con el segundo semestre de 2024, la baja fue de 4,5 puntos en hogares y 6,5 en personas.

 

Esto equivale a que 4,4 millones de argentinos dejaron de ser pobres y 2,3 millones salieron de la indigencia respecto a los niveles que dejó la gestión anterior.

 

Sin embargo, el dato también deja algunos matices. La consultora LCG advierte que buena parte de la mejora se concentró en el primer trimestre del año. El dato del segundo trimestre muestra una meseta, lo que sugiere que la tendencia positiva podría haberse frenado entre abril y junio.

 

Además, aunque el promedio nacional mejoró, el conurbano bonaerense sigue siendo la zona más castigada, con una tasa de pobreza del 35,3%, que representa casi la mitad del total de pobres del país. Y lo más preocupante: los ingresos de esos hogares apenas cubren el 63% de la canasta básica, igual que a fines de 2024. Es decir, los pobres siguen siendo igual de pobres.

Entre los niños menores de 14 años, la pobreza cayó pero sigue siendo muy alta: 45,4%, todavía por encima del promedio general.

 

Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señalaron que el desafío del segundo semestre será mantener esta tendencia, sobre todo porque el mercado espera una suba del dólar después de las elecciones legislativas. Si eso ocurre, advierten, podría haber un impacto directo sobre los precios de los alimentos y un nuevo deterioro del poder adquisitivo.

 

Por su parte, LCG destacó que la actividad económica sigue débil, con una baja acumulada del 1,5% en los últimos cinco meses, y que la inflación mensual, aunque contenida, se mantiene cerca del 2%, por encima de los aumentos salariales formales, que rondan el 1%.

 

El fuerte descenso de la pobreza muestra el efecto inmediato de la estabilidad cambiaria y de la recuperación de ingresos reales tras un 2024 muy golpeado. Sin embargo, los indicadores también revelan que la mejora no se tradujo en una reducción de la brecha entre el ingreso de los hogares pobres y el valor de la canasta básica, lo que deja en evidencia que la mejora fue más estadística que estructural.

 

De cara al segundo semestre, el gran interrogante es si el Gobierno podrá sostener el ancla del dólar y evitar una suba de precios que vuelva a empujar la pobreza hacia arriba. En otras palabras: la estabilidad es frágil y dependerá de que no haya un salto cambiario ni un repunte inflacionario que erosione nuevamente los ingresos.

 

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