La caída en la tasa de fecundidad pone en jaque a las prepagas y al sistema de salud

Según el Instituto de Estadística y Censos del GCBA la cantidad de hijos por mujer en la Ciudad de Buenos Aires está en su nivel más bajo de la historia.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Martes 25 de febrero del 2025 a las 12:59 pm

 

Un informe del Instituto de Estadística y Censos porteño tiró un dato fuerte: la cantidad de hijos por mujer en la Ciudad de Buenos Aires está en su nivel más bajo de la historia. En 2023, el promedio fue de 1,09 hijos por mujer, cuando en 2006 era de 1,86.

 

Dicho en criollo: cada vez nacen menos chicos y la población se está poniendo más vieja.  

 

Para algunos expertos, esto tiene su lado bueno: menos chicos significa que el mismo presupuesto en educación puede rendir más. Pero en la salud, la historia es distinta: hay menos jóvenes que aporten y más ancianos que atender. Y eso, tarde o temprano, le pasa factura a los sistemas de salud, sean públicos, privados o de obras sociales.  

 

El problema es simple: la gente en edad de trabajar es la que sostiene a la que ya está retirada, sea con impuestos, aportes o cuotas de prepagas. Si cada vez hay menos trabajadores y más jubilados, el sistema empieza a hacer agua. Y encima, la medicina avanza, lo que significa más tratamientos costosos y enfermedades que antes eran mortales, como el cáncer, que ahora se convierten en crónicas, necesitando atención por años.  

Rubén Torres, del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud, lo explicó bien clarito: "El impacto más grande del envejecimiento de la población se va a ver en los sistemas jubilatorios y en la salud. Si bien Argentina todavía tiene un poco de margen antes de que los viejos sean más que los jóvenes, ya se siente el efecto".  

 

Adolfo Rubinstein, ex ministro de Salud con Mauricio Macri, tiró un dato de terror: cuando él estaba en el ministerio, nacían unos 700 mil bebés por año en el país. Hoy, son apenas un poco más de 400 mil. O sea, en pocos años la caída fue del 40%. Y eso cambia completamente la pirámide demográfica: más gente grande, menos pibes, más enfermedades crónicas y más gasto en salud.  

 

Esto implica un problema financiero: los tratamientos son más caros, los avances tecnológicos requieren más dinero y cada vez hay menos ingresos al sistema. ¿Cómo se resuelve? Torres dice que no alcanza con meter más plata, porque en todos los países que intentaron eso, fracasaron. La clave estaría en modificar cómo se atienden las enfermedades crónicas, con modelos más proactivos y organizados.  

 

 

¿La inteligencia artificial puede salvarnos?  

Se cree que la inteligencia artificial podría ayudar a frenar un poco la crisis, bajando costos en algunas áreas y mejorando la eficiencia del sistema. Pero a la vez, alargaría aún más la vida de la gente, lo que podría terminar agravando el problema.  

 

Mientras tanto, ya se ven cambios en el sistema de salud. Por ejemplo, la cantidad de maternidades privadas en la Ciudad cayó entre un 40 y 50%. Muchas cerraron porque ya no les es rentable, y esto afecta también a neonatología y pediatría.  

 

El panorama no pinta bien. Menos nacimientos, más envejecimiento y un sistema de salud que va a necesitar un volantazo urgente para no colapsar. La pregunta es: ¿alguien lo está viendo venir o nos vamos a chocar el iceberg de frente?.

 

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