El Gobierno avanza con la privatización de rutas: en octubre se abren los sobres

El 8 de octubre se conocerán las ofertas para concesionar más de 700 kilómetros de la Red Federal de Concesiones, mientras se preparan los pliegos para otros 8.300 kilómetros.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 5 horas

El Gobierno puso primera en el plan de privatización de rutas nacionales. Según anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, el próximo 8 de octubre se abrirán los sobres con las ofertas para quedarse con la concesión de 741 kilómetros de la Etapa 1 de la Red Federal de Concesiones. Ahí entran las rutas nacionales 12, 14, 135, A-015, 117 y 174, que atraviesan provincias clave como Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Santa Fe.

 

Caputo aseguró que con este esquema “el sector privado invertirá, hará obras y administrará con más eficiencia mejores rutas”. En paralelo, informó que en los próximos días se publicarán los pliegos definitivos para las etapas 2 y 3, que abarcan otros 8.384 kilómetros de la red nacional y que se licitarán de manera nacional e internacional a través de la plataforma Contrat.ar.

 

La decisión quedó oficializada en la Resolución 57 de la Secretaría de Transporte, publicada este viernes en el Boletín Oficial. Con esto, el Ejecutivo busca darle impulso a un esquema de gestión de la infraestructura vial que apunta a trasladar la inversión y el mantenimiento al sector privado.

 

Entre las rutas incluidas en esta primera etapa se destacan la RN12 y la RN14, ejes estratégicos para el comercio con Brasil y Uruguay; la RN135 y la A015, que conectan directamente con los pasos fronterizos hacia el Uruguay; la RN117, que une Paso de los Libres con el puente internacional a Uruguaiana (Brasil); y la RN174, el emblemático puente Rosario–Victoria que conecta el litoral con la zona núcleo productiva.

El anuncio marca un giro fuerte en la política vial: el Estado se corre de la administración directa de corredores estratégicos y apuesta a que el privado tome el timón

 

Además, la jugada se da en un contexto donde la infraestructura es un cuello de botella para la producción y la exportación. Si las concesiones funcionan, podrían acelerar la modernización de corredores clave. Si fracasan, el riesgo es sumar malestar social y complicar todavía más la competitividad. El 8 de octubre, cuando se abran los sobres, comenzará a escribirse esa historia.

 

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