El consumo sigue en caída libre, aunque con una leve mejoría en octubre

El consumo masivo sigue en picada y, a pesar de que en octubre levantó un poco, la pérdida del poder adquisitivo sigue pegando fuerte. Según un informe de la consultora Nielsen, el consumo acumulado del año bajó un 16,3%.

En cuanto a la facturación, subió un 167,9% en comparación con el mes pasado, pero los precios no se quedaron atrás: aumentaron un 225%. 

El rubro más golpeado sigue siendo el de los alimentos, con una caída anual del 17,4%. Después vienen la canasta básica, con un descenso del 16,3%, y los productos de limpieza, que bajaron un 15,8%. 

Autoservicios y supermercados, también complicados

Las ventas en autoservicios chicos no zafaron: tuvieron una baja interanual del 20,4%. Mientras tanto, los precios en estos locales aumentaron un 197,9%, según datos de Scentia.  En las grandes cadenas de supermercados, la cosa no es mucho mejor. En octubre, el consumo cayó un 20,7% a nivel nacional. En el AMBA, la baja fue algo menor (18,2%), pero en las provincias se sintió más, con una caída del 22,8%.

Los autoservicios más chicos también registraron números negativos. A nivel país, el consumo bajó un 20,2%, en el AMBA fue del 24,4% y en las provincias, del 17,8%. 

En septiembre, Scentia había informado una caída similar: 21,2% en supermercados y 22,3% en el consumo masivo en general. 

No todos los productos bajaron igual. Los más afectados fueron los de higiene, con una caída del 25,8%, seguidos por las bebidas (22,3%) y los productos de desayuno (19,3%).

Carne: precios retrasados

En el caso de la carne, los precios se vienen manejando distinto al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Según un informe del sector, entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, el precio de la hacienda subió un 41% y el de la carne, un 59%. En comparación, el IPC se disparó un 107%.

Además, en octubre, los valores de la hacienda bajaron: el novillo cayó un 0,6% y el ternero de cría, un 5,6%. Carlos Odriozola, de la Sociedad Rural Argentina, dijo que esto muestra un "retraso de precios", lo que genera incertidumbre a la hora de planificar inversiones.

Mientras el consumo interno sufre, la exportación de carne está activa y creciendo gracias a la demanda internacional y a medidas como la eliminación de retenciones y desregulaciones. Aún así, el precio actual de la hacienda está un 18% por debajo del promedio de los últimos 15 años, en términos reales.