El CEO de Bank of America afirmó que la guerra comercial se está enfriando
Conforme avanzaron las negociaciones y se clarificaron las reglas, los aranceles comenzaron a “agruparse” alrededor de un 15%.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
El presidente ejecutivo de Bank of America, Brian Moynihan, sostuvo que la prolongada guerra comercial internacional impulsada por Estados Unidos comenzó a mostrar señales de desescalada, con los aranceles estabilizándose alrededor de un 15% promedio para la mayoría de los países, lo que ofreció un respiro después de meses de alta incertidumbre en los mercados globales.
Moynihan explicó en el programa Face the Nation que la política arancelaria del gobierno de Estados Unidos, marcada por un arancel básico del 10% sobre las importaciones y tasas más elevadas para bienes específicos y naciones con políticas comerciales conflictivas, había creado inicialmente confusión y preocupación entre negocios pequeños y medianos, que luchaban por planificar y gestionar costos.
Conforme avanzaron las negociaciones y se clarificaron las reglas, los aranceles comenzaron a “agruparse” alrededor de ese 15%, lo que, según Moynihan, indicó que el conflicto no se estaba intensificando aún más, sino que tendía hacia una estructura tarifaria más predecible.
No obstante, el caso de China siguió siendo una excepción significativa, ya que las tensiones con Pekín involucraron preocupaciones relacionadas con seguridad nacional, recursos críticos como minerales de tierras raras y tecnología avanzada, especialmente en sectores como inteligencia artificial y almacenamiento de energía. Estos factores mantuvieron la presión arancelaria más alta para ese socio comercial específico.
Además, Moynihan señaló que los acuerdos comerciales dentro de Norteamérica, en particular el tratado USMCA, se manejaron como un tema separado, y anticipó que su próxima renegociación sería un punto clave a vigilar en 2026.
Mientras tanto, el impacto real de las políticas arancelarias en las pequeñas empresas estadounidenses no desapareció con la estabilización de tasas. Muchos propietarios continuaron enfrentando costos más altos por bienes importados y presiones en sus márgenes operativos, incluso con la reciente tendencia a un nivel arancelario más estable.
Diversos economistas han advertido que, aunque una tarifa promedio de alrededor del 15% podría ser menos disruptiva que niveles impredecibles o crecientes, los efectos en las cadenas de suministro globales, la inversión empresarial y la inflación todavía podían sentirse durante meses, e incluso años, especialmente si persistían medidas proteccionistas dirigidas a sectores estratégicos.
En ese contexto, la declaración de Moynihan fue interpretada por algunos analistas como una señal de que, tras meses de tensión, la guerra comercial estaba entrando en una fase más estable, aunque no necesariamente resuelta en su totalidad.
