El BCRA flexibiliza el cálculo de encajes para aliviar a los bancos
La nueva norma permitirá computar pases y cauciones en forma neta, lo que mejora la gestión diaria de liquidez. Bausili escuchó los reclamos del sector y prometió revisar otros puntos de la regulación.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Banco Central dio un paso que apunta a descomprimir tensiones con los bancos. A través de la Comunicación A 8305, la entidad modificó la forma en que se calculan los encajes —el famoso “efectivo mínimo” que deben inmovilizar las entidades financieras—, permitiendo que a partir de septiembre los pases pasivos y las cauciones bursátiles en posición tomadora se computen de manera neta y no bruta.
En criollo: hasta ahora, si un banco tomaba fondos al cierre del día mediante cauciones o pases y después no podía colocarlos, quedaba con un exceso de liquidez que no entraba en el cálculo de encajes y le bajaba la rentabilidad. Con el nuevo esquema, esas operaciones sí podrán ser contabilizadas para cubrir el requisito, siempre que el vencimiento coincida con el de los encajes y se concreten en mercados autorizados por la CNV.
Fuentes del sector lo leyeron como un alivio técnico que mejora la operatoria diaria y permite mayor eficiencia en la gestión de liquidez, aunque aclararon que no cambia de raíz las últimas regulaciones más pesadas que aplicó la entidad. Aun así, para varios bancos significa poder respirar un poco en medio de un contexto de encajes más estrictos y un mercado financiero que viene movido por la volatilidad cambiaria.
Según trascendió, los banqueros aprovecharon para plantear sus quejas sobre las últimas normas de encajes y el impacto que tienen en la rentabilidad del negocio. Bausili escuchó los reclamos y dejó la puerta abierta a introducir nuevas correcciones. “Vamos a evaluar”, fue el mensaje que bajó a los ejecutivos, que se fueron del encuentro con la sensación de que la negociación sigue abierta.
La dinámica no sorprende: los encajes siempre fueron una de las herramientas más sensibles para el Central. Sirven para controlar la liquidez, moderar el crédito y, en última instancia, para influir sobre la estabilidad financiera. Pero al mismo tiempo son un costo directo para los bancos, que deben inmovilizar fondos que no pueden prestar ni invertir. Por eso, cada cambio en las reglas genera ruido inmediato.
En este caso, la flexibilización en el cómputo de las operaciones de cauciones y pases aparece como un gesto de buena voluntad del Central hacia el sistema financiero, en medio de tensiones por la política monetaria y la presión del mercado cambiario. No es un volantazo, pero sí una señal de que la entidad reconoce que algunas de sus decisiones recientes complicaron más de lo esperado la operatoria diaria de los bancos.
Queda por ver si este ajuste alcanza para calmar las aguas o si será apenas un primer paso en una negociación más amplia. Por lo pronto, los bancos se anotan un pequeño triunfo en la pulseada con el BCRA, y la autoridad monetaria gana algo de margen para mantener su estrategia de control de la liquidez sin llevarse puesto al sistema financiero.