El Banco Mundial empeoró su proyección de la economía argentina

Argentina se encuentra en una posición difícil en América Latina, ya que compartirá el fondo de la tabla regional del producto interno bruto (PIB) con Haití.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Miércoles 04 de octubre del 2023 a las 3:04 pm

 

El Banco Mundial revisó sus proyecciones económicas para Argentina, revelando una situación desafiante para el país en medio de un panorama económico global en constante cambio.

 

Según el último informe del banco, Argentina enfrentará una recesión del -2,5% este año, empeorando la perspectiva anterior que situaba la recesión en -2%. Sin embargo, hay una mejora leve prevista para el 2024, con un rebote proyectado del 2,8% en 2024, frente al 2,3% previamente estimado.

 

Argentina se encuentra en una posición difícil en América Latina, ya que compartirá el fondo de la tabla regional del producto interno bruto (PIB) con Haití. Ambos países sufrirán una recesión este año, en contraste con el promedio de crecimiento regional del 2%. Esta revisión a la baja se suma a una anterior realizada en abril, cuando el Banco Mundial redujo su pronóstico de crecimiento para Argentina del 2% a un 0%.

 

Por otro lado, el organismo no ve un riesgo inminente de hiperinflación. Concretamente, William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, destacó que la inflación promedio estimada para este año en Argentina estará muy lejos de las previsiones alarmantes de al menos el 170% por parte de analistas privados.

 

En cuanto a la dolarización propuesta por el candidato presidencial Javier Milei, el especialista señaló que podría ser útil para moderar las expectativas de inflación, pero solo si se acompaña de una disciplina fiscal sólida y reformas estructurales.

 

Maloney comparó la experiencia local con la de países como Brasil y Chile, que lograron controlar la inflación y reducir las tasas de interés de sus bancos centrales mediante medidas adecuadas, a diferencia de Argentina, que mantiene la tasa nominal más alta de la región a pesar de ser negativa en términos reales.

 

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