Cuáles son los riesgos económicos de un dólar a $1000
De acuerdo a lo dicho por analistas y economistas, los riesgos van desde el cierre de pymes, menores ingresos en el campo y más desempleo entre otros.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Después de que el presidente Javier Milei largara que no va a tocar el mercado cambiario hasta que el dólar oficial llegue a los mil pesos, el avispero económico se alborotó. La idea de dejar que el mercado haga lo que quiera con el precio del dólar puede sonar muy liberal, pero también puede traernos unos cuantos dolores de cabeza. Acá te contamos los cinco problemas más pesados que pueden aparecer en el corto y mediano plazo:
1. Las importaciones se disparan y se complica el frente externo
Al no intervenir y dejar que el peso se revalorice solo, se abren las puertas para que entre de todo desde afuera. Con un dólar más barato, importar se vuelve un golazo... para los consumidores, claro. Pero los que producen en el país la ven negra, porque competir contra precios internacionales así es una misión imposible.
Para colmo, según los números oficiales, en marzo las importaciones subieron un 47,5% en comparación con el año pasado, mientras que las exportaciones bajaron un 4,2%. O sea, entran más cosas de las que salen, y eso te deja con un rojo en la balanza comercial.
Desde la industria están que trinan: hay casos en los que se importa pan o leche porque sale más barato traerlos de afuera que hacerlos acá. Cuando pasa eso, es porque algo no está funcionando.
2. El agro pierde empuje y se le complica al Gobierno
Un dólar oficial cerca de los $1.000 no solo afecta al sector industrial, sino también al campo. Muchos productores, sobre todo los que alquilaron campos, ya dicen que van a cerrar la campaña con pérdidas. Con este tipo de cambio, exportar no cierra, y eso complica el ingreso de dólares, que es clave para cumplir con las exigencias del Fondo Monetario.
El Gobierno tiene que juntar unos 3.500 millones de dólares en el mercado, y el Tesoro necesita al menos 4.000 millones más para julio. Pero hoy solo tiene 1.900 millones a mano, según algunas consultoras privadas. Complicado.
3. Menos plata para el Estado y más presión impositiva
Desde la consultora IDESA dicen que tener un dólar bajo ayuda a controlar la inflación, pero también te deja sin herramientas para competir afuera. Además, más de un tercio de la plata que junta el Estado viene de impuestos que son un castigo para el que quiere producir.
Mirá estos datos:
- Impuesto al cheque: 1,6% del PBI
- Retenciones: 1,0% del PBI
- Ingresos brutos: 4,2% del PBI
- Sellos: 0,4% del PBI
- Tasas municipales: 0,8% del PBI
Sacar todo esto sin volver a caer en déficit fiscal, hoy por hoy, es una utopía.
4. Empresas que bajan la persiana y trabajo en negro por todos lados
Entre los impuestos, los costos internos que no paran de subir, y un dólar que no ayuda a exportar, cada vez son más las pymes que tiran la toalla. Según datos del SIPA, entre diciembre de 2023 y febrero de 2025 cerraron más de 10.000 microempresas. Es un número peor que en plena pandemia.
Menos empleadores, más trabajo informal. El INDEC ya marcó que el 42% de la gente que trabaja lo hace en negro. Y la desocupación también subió: llegó al 6,4% en el último trimestre del 2024.
5. Producir en Argentina saldrá caro
El famoso “costo argentino” sigue siendo un ancla. En un ranking mundial de competitividad, estamos en el puesto 66 sobre 67 países. Solo Venezuela está peor. Con una maraña de impuestos, trabas para producir y regulaciones que cambian todo el tiempo, no hay manera de que florezca la industria.
Entonces, dejar que el dólar se hunda hasta los mil pesos sin hacer nada puede parecer una jugada de ajedrez, pero también puede ser un tiro en el pie. Porque si bien puede mejorar algunos numeritos macro, se corre el riesgo de que perdamos aún más competitividad y se termine de romper el tejido productivo que ya está bastante golpeado.