El consumo de carne vacuna repuntó en 2025 pero sigue por debajo de los niveles de 2023
Aunque en septiembre se observó una mejora en la demanda interna, la inflación y la pérdida de poder adquisitivo limitan la recuperación del consumo de carne en Argentina.
Tras alcanzar mínimos históricos durante 2024, el consumo de carne vacuna en Argentina mostró una recuperación en septiembre de 2025, aunque todavía no logra equiparar los valores registrados un año antes. Según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), el consumo per cápita promedio móvil de 12 meses fue de 49,5 kilos anuales, lo que representa un aumento del 4,5% (equivalente a 2,1 kilos por habitante) respecto al período previo. Sin embargo, este nivel aún se encuentra 7,3% por debajo del consumo de 2023, según datos del Centro de Economía Política Argentina (Cepa).
En términos generales, el consumo aparente —que incluye la suma de producción e importaciones menos exportaciones— alcanzó 1,74 millones de toneladas res con hueso, reflejando una recuperación interanual del 6,2%. El Cepa relaciona la caída en el consumo interno con la pérdida del poder adquisitivo. Los salarios privados recién igualaron en agosto de 2025 los niveles de noviembre de 2023, acumulando una caída del 0,6% en lo que va del año. En el sector público, esta pérdida es aún más marcada, con un descenso del 13,2%, lo que afecta directamente la capacidad de compra de los hogares y, por ende, la demanda de carne vacuna.
Como consecuencia, los consumidores han optado por proteínas más accesibles. Por primera vez en 2024, el consumo de carne aviar superó al bovino, con un promedio de 49,3 kilos por persona, mientras que la carne porcina también alcanzó un récord de 18 kilos anuales, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
En cuanto a los precios, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) reportó que en octubre de 2025 los distintos cortes aumentaron en promedio un 2,8% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En lo que va del año, la suba acumulada es del 37,5%, y la variación interanual llega al 61,3%.
Los cortes con mayores incrementos fueron el asado (8,2%), la picada especial (6,1%) y el matambre (5,5%), mientras que el osobuco fue el único corte que registró una baja (-0,4%). El vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), Sergio Pedace, explicó que “falta hacienda y el sector exportador está demandando novillos para recría, lo que presiona sobre los precios. Esto va a continuar, aunque se venda menos carne en el mercado interno”.
Además, el Cepa advirtió que los precios mayoristas del novillo y el novillito volvieron a subir entre fines de octubre y principios de noviembre, y que si esta tendencia persiste, el promedio mensual podría superar en un 8,5% al de octubre. En este contexto, especialistas señalan que la recuperación del consumo dependerá de la estabilidad económica y de políticas que incentiven la producción local, para evitar que la carne vacuna siga cediendo terreno frente a otras proteínas más económicas.
