El Citi no ve una devaluación hasta después de las elecciones y apuesta por un tipo de cambio libre
El banco Citi anticipa que el peso argentino no sufrirá ajustes bruscos antes de las elecciones de 2025, pero destaca la necesidad de acumular reservas para avanzar hacia un esquema de tipo de cambio unificado.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El informe de Citi subraya que el dólar oficial en Argentina probablemente mantendrá cierta estabilidad hasta después de las elecciones legislativas de octubre de 2025, un momento clave para el gobierno de Javier Milei.
Ernesto Revilla, economista jefe para América Latina de Citi, destacó que cualquier ajuste en el valor del peso será postergado para evitar turbulencias políticas que podrían afectar la imagen del Gobierno. Este enfoque responde a la delicada situación económica del país, donde la inflación, aunque ha mostrado signos de desaceleración, sigue siendo un desafío significativo. La estrategia del Gobierno ha sido mantener un "puente dorado" con sus votantes, basado en la reducción sostenida de la inflación, que según datos oficiales ha disminuido en los últimos meses, aunque permanece en niveles elevados.
El análisis de Citi enfatiza la importancia de acumular reservas internacionales para abandonar el actual régimen de controles cambiarios, conocido como "cepo". Las estimaciones del banco sugieren que Argentina necesitaría entre US$ 5.000 y US$ 10.000 millones en reservas netas positivas para implementar un esquema de tipo de cambio libre sin generar una devaluación abrupta. Este punto es crucial, ya que una liberación descontrolada del cepo podría disparar el valor del dólar paralelo (como el "dólar blue") y reavivar las presiones inflacionarias, algo que el gobierno busca evitar a toda costa.
El acuerdo técnico con el FMI, que incluye un posible adelanto de al menos US$ 8.000 millones, es visto como un pilar fundamental para fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Sin embargo, el Gobierno ha solicitado más de US$ 10.000 millones, lo que refleja la urgencia de apuntalar la posición financiera del país antes de avanzar en reformas estructurales como la unificación cambiaria. Este préstamo, que podría alcanzar los US$ 20.000 millones en total, sería el mayor respaldo financiero del FMI a Argentina desde el acuerdo de 2018, que alcanzó los US$ 57.000 millones bajo la presidencia de Mauricio Macri.
El respaldo del FMI no solo proporcionaría liquidez, sino que también enviaría una señal de confianza a los mercados internacionales, que han mostrado preocupación por la sostenibilidad de la deuda argentina.
Ricardo Dessy, director de Citi para el Cono Sur, hizo hincapié en que una devaluación "innecesaria" podría tener consecuencias negativas, como un aumento de la inflación que socavaría los logros del gobierno en materia de precios. En cambio, Dessy abogó por priorizar la acumulación de dólares en las reservas del BCRA, lo que daría al gobierno mayor margen de maniobra para gestionar una transición hacia un tipo de cambio libre. Esta estrategia de "flotación intervenida" implicaría que el BCRA intervendría en el mercado para evitar movimientos bruscos en el tipo de cambio, manteniendo la estabilidad mientras se desmantela el cepo.
La advertencia de Dessy sobre los riesgos de una devaluación abrupta resuena con las experiencias recientes de Argentina. Por ejemplo, la devaluación de más del 50% implementada en diciembre de 2023, tras la asunción de Milei, generó un fuerte impacto inicial en los precios, aunque luego permitió estabilizar parcialmente el mercado cambiario. El desafío actual es lograr una transición más ordenada, respaldada por reservas suficientes y un contexto político favorable.
A corto plazo, la postergación de ajustes cambiarios hasta después de las elecciones parece una decisión pragmática, pero no exenta de riesgos. Si las expectativas de devaluación se intensifican, el dólar paralelo podría dispararse, generando presión sobre los precios y complicando la estrategia del gobierno. A mediano plazo, la acumulación de reservas y la apertura gradual del mercado cambiario serán fundamentales para recuperar la confianza de los inversores y reducir la dependencia de los controles de capital.