La razón por la que hay gatos naranjas: la explicación de la ciencia
Un estudio revela que una mutación en el gen Arhgap36, del cromosoma X, es responsable del color naranja en los gatos, además de explicar las variaciones en su pelaje según el sexo del animal, aportando valiosa información a su biología.
Por redacción
Los gatos de pelaje naranja siempre han despertado curiosidad y encantos en quienes los ven. Pero, ¿Qué es lo que realmente hay detrás de su distintivo color? Un reciente estudio, divulgado en la revista bioRxiv, aborda esta cuestión desde una perspectiva genética.
La investigación revela que la clave de este color anaranjado se encuentra en una mutación del gen Arhgap36, localizado en el cromosoma X. Este gen, aunque no produce directamente una proteína, influye notablemente en la cantidad de ARN que generan los melanocitos, que son las células responsables de la coloración del pelaje y la piel. Debido a esta mutación, los melanocitos producen pigmentos rojizos, lo que resulta en el característico pelaje naranja de estos felinos.
Además, se observa que esta mutación tiene variaciones en función del sexo del gato. En el caso de los machos, que presentan un solo cromosoma X, se encuentra que tienen una coloración uniforme cuando presentan la mutación. Esto contrasta con las hembras, que al tener dos cromosomas X, atraviesan un proceso de 'inactivación del X'. Este fenómeno aleatorio provoca que uno de los cromosomas se apague, resultando en patrones de color con diversos tonos, como ocurre en las gatas calicós o carey.
Este hallazgo resulta significativo porque proporciona una mejor comprensión de cómo una mutación en el cromosoma X puede generar diferencias en la coloración de los gatos según su sexo, respaldando la idea de que el color del pelaje está fuertemente vinculado a la genética individual.
Otro aspecto interesante del estudio es que los investigadores pueden comprobar que esta mutación activa una vía molecular que estimula a las células a producir los pigmentos rojos independientemente del gen Mc1r, que regula los colores en otros mamíferos. Así, se deduce que el color naranja de estos gatos no está relacionado con los mismos procesos que generan el pelaje oscuro en otros animales.
Finalmente, Greg Barsh, genetista de la Universidad de Stanford y uno de los autores del estudio, destaca que el impacto del gen Arhgap36 sobre el color del pelaje era desconocido hasta ahora. Afortunadamente, esta mutación no tiene efectos adversos en la salud de los gatos, quienes resultan ser completamente saludables. Así que, al ver un gato naranja, podemos recordar que su color es un fascinante resultado de la ciencia genética.
Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre la genética felina, sino que también abre nuevas vías para investigar otras características físicas en animales. Los científicos esperan que esta investigación inspire estudios adicionales que profundicen en la relación entre genética y coloración, no solo en gatos, sino en diversas especies.