Cómo corregir malos hábitos en mascotas: claves para mejorar su comportamiento

Corregir malos hábitos en mascotas requiere tiempo y dedicación pero es posible con paciencia y amor.

Por redacción

Lunes 03 de febrero del 2025 a las 2:48 pm

 

Tener una mascota es una experiencia enriquecedora, pero no está exenta de desafíos. Uno de los más comunes es lidiar con comportamientos no deseados que pueden alterar la armonía del hogar. Ladridos excesivos, destrozos en la casa, hacer sus necesidades en lugares inapropiados o agresividad son solo algunos ejemplos. La buena noticia es que estos hábitos pueden corregirse con paciencia, coherencia y técnicas adecuadas.

 

1. Comprender el origen del comportamiento

Antes de corregir cualquier conducta, es fundamental entender qué la está causando. El aburrimiento, la falta de ejercicio, el estrés o incluso problemas de salud pueden estar detrás de un mal hábito. Consultar con un veterinario para descartar causas médicas es un primer paso recomendable.

 

2. Refuerzo positivo: la clave del éxito

El adiestramiento basado en refuerzo positivo es uno de los más efectivos. Consiste en premiar las conductas deseadas con caricias, golosinas o elogios. Por ejemplo, si un perro tiende a saltar sobre las personas, se debe ignorar ese comportamiento y recompensarlo cuando salude de manera tranquila.

 

3. Establecer rutinas claras

Las mascotas, especialmente los perros, se benefician de una rutina estable. Horarios regulares para comer, pasear y jugar ayudan a reducir la ansiedad y prevenir comportamientos indeseados. La consistencia es fundamental: todos los miembros del hogar deben aplicar las mismas reglas.

 

4. Redirigir en lugar de castigar

El castigo físico o los gritos pueden generar miedo y empeorar el problema. En su lugar, es más efectivo redirigir la conducta hacia algo positivo. Si un gato araña el sillón, ofrecerle un rascador atractivo puede solucionar el problema.

 

5. Ejercicio y estimulación mental

Muchas conductas problemáticas surgen por exceso de energía acumulada. Asegurarse de que la mascota haga suficiente ejercicio físico y mental es crucial. Los juguetes interactivos, los juegos de olfato y los paseos variados pueden marcar una gran diferencia.

 

6. Pedir ayuda profesional

Si el comportamiento persiste pese a los esfuerzos, consultar a un adiestrador profesional o a un etólogo puede ser la mejor opción. Estos especialistas pueden identificar problemas subyacentes y ofrecer soluciones personalizadas.

 

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