El liderazgo en jaque: credibilidad y confianza en juego
Tras el Criptogate, surge una pregunta que se traslada al contexto organizacional: ¿Qué sucede cuando un líder pierde credibilidad?
Por Sandra Olive
Especialista en gestión y comportamiento organizacional
Pasamos un fin de semana intenso mirando las idas y vueltas del Criptogate, $LIBRA y el impacto a nivel mundial que está teniendo el escándalo.
Básicamente, se cuestiona al Presidente de Argentina por su involucramiento en la situación. ¿Fue instigador? ¿Sabía lo que estaba respaldando? ¿Tenía intención de perjudicar a gente para ganar dinero?
Todo un revuelo que hace cuestionar cómo seguirán los próximos días, más aún con temas fuertes en puerta como la eliminación de las PASO y la Ficha Limpia.
Si llevamos lo ocurrido al contexto de una organización, podemos ver paralelismos importantes. ¿Qué sucede cuando un líder pierde credibilidad? Porque, en realidad, eso es lo que está ocurriendo hoy con Milei. Pero ¿Qué sucede cuando el Gerente General de una empresa pierde su credibilidad por su comportamiento? ¿Qué sucede cuando a un colaborador se le promete algo que luego no se cumple?.
Pensemos unos minutos en cómo reacciona nuestro cerebro frente a situaciones como estas. El cerebro humano vive en estado de amenaza o recompensa. Mientras esté en recompensa, está feliz.
La dopamina es una hormona que se libera en momentos de felicidad momentánea: recibir likes en un post de IG, comprar un auto nuevo, el proceso de enamoramiento, comer una porción de nuestra torta favorita o fumar marihuana, por ejemplo.
La oxitocina, en cambio, es la hormona de la felicidad a largo plazo. Juega un rol preponderante en nuestro cuerpo, reduciendo los niveles de ansiedad y cortisol en nuestro organismo.
La dopamina es la recompensa inmediata; la oxitocina es el equilibrio y la estabilidad en el largo plazo.
En cambio, cuando sentimos amenazas, nuestro cerebro se torna más primitivo y lo que buscamos es sobrevivir. ¿Nunca estuviste tan enojado que hiciste o dijiste cosas de las cuales luego te arrepentiste? En situaciones de estrés, nuestro cerebro se paraliza, pelea o huye.
Entonces, ¿Qué sucede en las organizaciones cuando surge un problema con los líderes? ¿Qué sucede cuando un colaborador siente que ya no puede confiar en su líder? Una frase muy común es que las personas ingresan a las organizaciones y luego se van de los líderes. ¿Por qué? Porque no todos los líderes tienen las habilidades necesarias para ejercer su rol. A veces, también los líderes se equivocan y toman decisiones erróneas, tal vez sin ser conscientes de la magnitud de su error.
El gran problema con los errores es que podés haber hecho las cosas perfectamente bien durante años, y todos te aman. Pero cometés un error y ese único error puede cancelar todo lo que hiciste bien. Puede poner en cuestionamiento todo lo que lograste hasta ese momento.
Por eso, al cometer un error, es fundamental saber cómo remediarlo. En esta era de información inmediata, ya no hay secretos: cualquier cosa que hagas queda documentada de alguna manera. Implementar una estrategia de crisis y reparación es fundamental.
El caso típico en una organización es el colaborador frustrado, enojado y decepcionado al que le prometieron un ascenso que finalmente nunca llegó. Y el líder de ese colaborador se escudó con la frase: “Yo quise dártelo, pero no me permitieron ascensos este año”. Una gran lavada de manos, una posición de víctima total y una falta de credibilidad que finalmente se traduce en un colaborador más que termina haciendo quiet quitting y está en proceso de búsqueda activa.
La confianza es el pilar sobre el que se construye cualquier liderazgo sólido. Cuando se quiebra, puede ser casi imposible tapar el vacío que deja. En tiempos de hiperconectividad e información al instante, los líderes ya no tienen margen para la incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Si la credibilidad se pierde, el liderazgo entra en jaque… y pocas veces hay posibilidad de remontar la partida.