El Oro se hace fuerte en un mercado con mucha incertidumbre

En tiempos de incertidumbre financiera, es común escuchar la frase "nunca hay solo una cucaracha". Este dicho se ha vuelto particularmente relevante en el contexto actual, ya que la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) de Estados Unidos y el posterior rescate de Credit Suisse, que fue absorbido por UBS, demuestran que los problemas en el sector bancario no son aislados. Además, otros bancos medianos de Estados Unidos están enfrentando dificultades financieras, lo que ha llevado a una creciente preocupación por la aparición de más problemas en el sistema financiero global.

Goldman Sachs ha señalado en un informe reciente que "el miedo es contagioso: aumenta la ventaja del oro". En medio de este clima de incertidumbre, el precio del oro ha subido casi un 7% en las últimas dos semanas, superando los 2.000 dólares por onza por primera vez en un año. Recordemos que durante el 2022, el precio del oro apenas varió y se mantuvo alrededor de los 1.820 dólares. La plata también ha experimentado un repunte en las últimas dos semanas, aumentando un 13% y superando los 23 dólares por onza.

Si los metales preciosos se consolidarán o no como activos de refugio dependerá de varios factores económicos, todos ellos estrechamente relacionados con la magnitud de las turbulencias bancarias. La evolución del dólar, las decisiones de tipos de interés de los bancos centrales, la apertura de China (el principal consumidor de oro del mundo) y la posibilidad de un aterrizaje forzoso hacia la recesión serán factores determinantes en la evolución del mercado de los metales preciosos.

Benjamin Dubois, responsable de cobertura en Edmond de Rothschild AM, ha indicado que el entorno actual sigue siendo especialmente favorable para el oro, en particular para el oro físico. Según Dubois, "el oro es una protección contra el riesgo sistémico y las consecuencias de la crisis bancaria se dejarán sentir sin duda durante muchos meses". También ha señalado que la política monetaria tenderá a ser más acomodaticia ante el riesgo de recesión y de daño al sistema bancario, lo que debería beneficiar al oro en un contexto en el que la inflación se mantiene en niveles elevados.

El oro ha vuelto a superar los 2.000 dólares la onza después de que la Reserva Federal de EE. UU. anunciara una nueva subida de tipos. Pero ni siquiera el preciado metal está a salvo de la elevadísima volatilidad que atraviesan los mercados. De momento, ante la inestabilidad de la Bolsa y los bonos, el metal precioso queda como única referencia sólida