¿Batalla Comercial?: Europa responde con contramedidas por 26.000 millones de euros a EEUU
La medida, en vigor desde este miércoles, afecta a varios países y ha llevado a la UE a anunciar contramedidas arancelarias. Ursula von der Leyen afirmó que, a pesar de la tensión, la UE mantiene abierta la opción de diálogo.
La Casa Blanca ha implementado desde este miércoles un incremento del 25% en los aranceles aplicables al acero y al aluminio, lo que afecta a todos los países, incluyendo Canadá, Australia, la Unión Europea y Argentina. Esta medida ha generado una respuesta por parte de la Unión Europea, que ya anunció sus contramedidas. A partir de abril, la Comisión Europea comenzará a aplicar tarifas arancelarias sobre productos estadounidenses por un total de 26.000 millones de euros.
Según un comunicado oficial, estas acciones están destinadas a “proteger a las empresas, trabajadores y consumidores europeos del impacto de estas restricciones comerciales injustificadas”. El plan que la UE diseñó incluye la reactivación de aranceles que habían sido suspendidos anteriormente, afectando a exportaciones estadounidenses por un valor de 8.000 millones de euros, además de nuevas restricciones sobre 18.000 millones de euros en productos.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, describió esta respuesta como "firme pero proporcional", pero reafirmó que la UE sigue abierta al diálogo. La escalada de tensiones entre Estados Unidos y la Unión Europea ha comenzado a repercutir en los mercados financieros, generando incertidumbre y preocupaciones sobre un posible impacto negativo en la economía estadounidense, lo que podría incrementar el riesgo de una recesión.
La situación ha suscitado reacciones entre líderes empresariales y políticos, quienes advierten sobre las consecuencias de una guerra comercial. Expertos sugieren que las tarifas podrían elevar los precios para los consumidores y afectar la competitividad de las industrias. La comunidad internacional espera una resolución pacífica.
Las tensiones comerciales no solo afectan a las economías de ambos lados del Atlántico, sino que también podrían tener repercusiones globales. Analistas advierten que, si no se llega a un acuerdo pronto, la incertidumbre podría frenar la recuperación económica post-pandemia, afectando a mercados emergentes y aumentando el riesgo de conflictos comerciales.
