¿Por qué la buena inversión tiene que ser aburrida? | Dolarhoy.com
Inversión|18 de agosto de 2021

¿Por qué la buena inversión tiene que ser aburrida?

La inversión no es un juego de casino, por lo que tiene que ser aburrida para que brinde una "buena" rentabilidad en el largo plazo.

Por Gonzalo Andrés Castillo

 

Hoy en día, las plataformas de los principales brokers del mundo están diseñadas con llamativos colores y repletas de botones call to action para atraer al público y generar que opere frecuentemente. Además, los gráficos de precios cada vez son más vistosos y se componen de numerosos indicadores que devuelven señales contradictorias que confunden al usuario. Todas estas características les brindan a los inversores y operadores la sensación de que están jugando a un videojuego o que directamente están involucrados en un juego de casino.

 

Si bien algunos resisten sus impulsos y arman estrategias rentables, lo cierto es que la mayoría termina perdiendo grandes sumas de dinero. Tal como indica el magnate financiero George Soros, "si la inversión es entretenida, si te diviertes, probablemente no ganes dinero. La buena inversión es aburrida". ¿Qué significa esto exactamente?

 

Dos formas de ganar dinero en la bolsa

En el mercado de capitales se puede ganar dinero de dos formas. La primera es la inversión. Esta disciplina se basa en analizar fríamente un activo o serie de activos para posteriormente colocar dinero en ellos y obtener un beneficio económico de los dividendos o rentas que distribuyan y/o mediante la revalorización que el mercado ejerce con el transcurso de los años.

 

Por otra parte, se puede operar en el corto plazo apuntando a quedarse con la diferencia entre la compra y venta de un activo (o viceversa). Esta actividad se conoce como trading y, a diferencia de la inversión, requiere de una gestión más activa, ya que el mercado fluctúa constantemente.

 

La inversión y el trading no son un juego

Sea cual sea la metodología escogida, no tiene que tomarse como un juego. La diversión no debería tener lugar en el mercado de capitales. Si se opta por la inversión de largo plazo, el proceso debería consistir en estudiar los activos, mediante análisis técnico y/o análisis fundamental, y colocar una cantidad de dinero en ellos teniendo en cuenta que será un monto que no podrá utilizarse por un largo periodo de tiempo. Debido a esto, las subas y bajas diarias del mercado no deberían preocupar al inversor: si los activos suben, no tendría que alegrarse; si bajan, no habría por qué preocuparse.

 

Asimismo, si la persona decide dedicarse al trading, tiene que adoptar una mentalidad analítica y calculadora, como si se tratara de un algoritmo. En este caso, el operador tiene que armar una estrategia y ejecutarla rigurosamente: si sale mal, se corta la pérdida y se meditan los próximos movimientos; si sale bien, se toma la ganancia y se continúa operando. A su vez, la gestión del dinero es fundamental, ya que no se debería colocar un capital que pueda arruinar por completo la situación financiera personal. De ser así, el riesgo asumido sería insensato y se despertarían emociones que atentarían contra la correcta ejecución de las estrategias.

 

Las nuevas, desinformadas e inexpertas generaciones creen que los mercados financieros son divertidos y permiten obtener ganancias de la noche a la mañana sin ningún riesgo. Desafortunadamente, esta creencia no podría estar más lejos de la realidad. La clave para obtener una correcta rentabilidad que sea sostenible y permita incrementar el capital con el paso del tiempo consiste en ser un inversor u operador inteligente, que demuestre una cierta serenidad al atravesar periodos de alta volatilidad y que pueda controlar correctamente las pérdidas y ganancias.