Una historia de dos burbujas
Un breve repaso por la burbuja de los tulipanes.
Por Esteban Barsky
Asesor Financiero Global
Una batalla épica entre los pequeños inversores, coordinados a través de la red social Reddit, y los peces gordos de Wall Street se robó todas las miradas en el mundo financiero en el mes de enero. $GME (GameStop) en menos de un mes pasó de tener un valor de 20 a 400 dólares, para luego acomodarse a un precio por debajo de los 70 dólares, una auténtica burbuja. Por momentos parecía que no tenía techo y que podía llegar a valer mil dólares e incluso más, por otros momentos la lógica, sumada a las restricciones por parte de los brókers americanos para bajar el volumen de compra, indicaba que la acción no tenía fundamentos para ser comprada a esos precios y que debía bajar. Incluso, al poder vivir este fenómeno en tiempo real y al corriente de todos los detalles, se podía sentir la euforia que se vivía en los mercados con respecto al precio de la acción, así como también, una vez que comenzó a caer, el “sálvese quien pueda”.
Sin embargo, esta historia de un activo que sube desmedidamente de precio y luego cae estrepitosamente, es una más de las tantas que existen, siendo que la primera burbuja de la historia moderna tiene casi 400 años, desarrollándose en la tercera década del año 1600. Los primeros tulipanes llegaron a la Europa Occidental a mediados del siglo XVI. En pocos años los tulipanes comenzaron a aparecer en las casas de las personas más ricas, sobre todo de Holanda y Germania, donde compraban directamente los tulipanes desde Constantinopla, pagando grandes sumas de dinero. Alrededor del año 1600 se comenzaron a plantar por primera vez en suelos de Europa occidental. La popularidad de estos fue creciendo constantemente, hasta el punto de que era de mal gusto no tener tulipanes en las casas de las personas más adineradas. Lo atrayente de esta planta, era la cantidad de colores y formas en las que se podría encontrar, siendo las especies más exóticas las más deseadas para decorar los hogares.
Esta manía por la posesión de los tulipanes no pasó desapercibida por la clase media y los comerciantes; tanto la rareza de estas flores, así como también los precios cada vez más altos que pagaban por ellos. Para contextualizar, un bulbo de tulipán se llegó a intercambiar por una lujosa mansión, así como existe la historia de un marinero que se comió un tulipán, confundiéndolo con una cebolla, y al conocerse el delito fue condenado a prisión por seis meses.
El aumento de los precios en los bulbos se podía explicar perfectamente por factores de oferta y demanda. Los bulbos de tulipán más raros y exóticos, por los cuales se pagaban grandes cantidades de dinero eran muy difíciles de reproducir y la demanda por los mismos era insaciable. Esta incesante demanda, generó que se dejaran de cultivar otros productos para sembrar tulipanes; industrias eran hipotecadas con el fin de comprar tulipanes y luego venderlos, personas de clase media y baja dejaban su trabajo para dedicarse al cultivo de tulipanes. ¿Quién no quería invertir en un negocio en el cual todos ganaban, con precios siempre al alza?
Tal era la demanda por los bulbos de tulipanes que se establecieron mercados regulares para la compraventa de bulbos en la bolsa de valores de Rotterdam, Harlaem, Leyden, Alkmar, Hoorn y otras ciudades. En un mercado poco regulado como el de entonces, los corredores de bolsa comenzaron a utilizar sus conocimientos para hacer fluctuar el precio. Al principio, todo el mundo ganaba, incluso algunos inversores se hicieron millonarios; esto llevó a que cada vez más personas quisieran entrar al mercado de tulipanes, creyendo que el alza en los precios duraría para siempre. Nobles, granjeros, la clase media, todos se encontraban inmersos en la fiebre de los tulipanes, incluso se vendían casas a precios muy bajos para poder comprar bulbos; así como también fluía dinero de otros países hacia Holanda para poder invertir en este mercado.
Debido a que los tulipanes son flores de estación, las compras realizadas entre septiembre y junio no podían ser entregadas, por lo que comenzaron a operar en 1636 futuros de tulipanes. No eran requeridos dejar activos en garantía, por lo que se podía tener posiciones muy grandes compradas tanto como vendidas. Por lo general, quien compraba no tenía el dinero para luego pagar y el vendedor no tenía el bulbo para vender; ninguno tenía la intención de realizar el acto de compraventa, sino que ambos buscaban la variación en el precio. Quien compraba, buscaba que el precio del futuro suba para ganar con la diferencia de precios al vender el contrato.
El mercado alcanzó su máximo el 5 de febrero de 1637, cuando un orfanato que acogió a los siete hijos de un fallecido millonario, quien contaba con una gran colección de raros tulipanes. Antes de que los mismos sean robados y que los hijos pierdan todo, los directores del orfanato organizaron una subasta de los bulbos de su padre para garantizarles su futuro con el dinero procedente de la venta. Las actas de la operación dan fe de la venta de 99 tulipanes por 90,000 florines (el equivalente a 10 millones de dólares). Al día siguiente el mercado se desplomó. Los agentes de la economía se dieron cuenta que los precios que se estaban pagando por los bulbos eran demasiado altos; los vendedores querían deshacerse de la mercadería para la cual ya no había compradores. Algunos lo perdieron todo, tuvieron que vender sus casas, algunos sectores quedaron totalmente arruinados; la tulipomanía había terminado.
Cuatrocientos años de diferencia entre la fiebre de los tulipanes y lo sucedido con GME. Muchas cosas han cambiado y otras siguen iguales. El lugar de los hechos, el activo, los agentes, las regulaciones que velan por el correcto funcionamiento del mercado, la tecnología y los medios a través de los cuales se desarrolla el mercado, entre otros, han cambiado mucho desde entonces. Sin embargo, la irracionalidad de los agentes frente a algunas circunstancias determinadas se mantiene constante. Este breve repaso por la historia de la primera burbuja tiene como objeto entender, a la luz de ambos eventos, que no todos los precios en los mercados tienen fundamentos, así como también que los mercados pueden mantenerse irracionales más tiempo del que creemos posible.
*Disclaimer legal: Tenga en cuenta que existen riesgos asociados con la inversión en valores, incluida la posible pérdida de capital, de conformidad con la Norma FINRA 2210 (d)(1)(A)