Tesla cierra un megacontrato con LG Energy Solution para asegurarse baterías hechas en EE.UU.

La automotriz firmó un acuerdo por USD 4.300 millones con la coreana LGES buscando reducir su dependencia de China en medio de los aranceles y tensiones comerciales.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 21 horas

Tesla sigue moviendo fichas para asegurarse la provisión de baterías en un mercado cada vez más competitivo. Según trascendió, la compañía de Elon Musk cerró un acuerdo por USD 4.300 millones con la surcoreana LG Energy Solution (LGES) para el suministro de baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) desde su planta de Michigan, en Estados Unidos. El contrato tendrá vigencia de agosto de 2027 a julio de 2030, con la posibilidad de extenderlo hasta siete años más.

 

Si bien LGES había anunciado el miércoles la firma del acuerdo sin dar nombres, fuentes cercanas a la negociación confirmaron que el cliente es Tesla. La automotriz viene intentando diversificar su cadena de suministro para reducir el impacto de los aranceles a las importaciones chinas, que golpean con fuerza a su negocio de almacenamiento energético.

 

El contrato le da a Tesla acceso a una de las pocas fuentes de baterías LFP fabricadas en suelo estadounidense. Este tipo de tecnología estuvo dominada históricamente por empresas chinas, pero LGES logró poner en marcha en mayo su primera línea de producción en Michigan. La compañía incluso analiza reconvertir algunas líneas de baterías para autos hacia almacenamiento energético, en respuesta a la caída de la demanda de vehículos eléctricos.

 

La movida de Tesla llega en paralelo a otros acuerdos millonarios con empresas surcoreanas: esta misma semana, la automotriz también anunció un contrato de USD 16.500 millones para comprar chips a Samsung Electronics desde su planta en Texas. Corea del Sur, por su parte, busca cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos antes del 1 de agosto para evitar un arancel del 25% a sus exportaciones.

Analistas de Samsung Securities sostienen que LGES tiene una ventaja clave como primer jugador del mercado LFP en EE.UU., ya que competidores como Samsung SDI o SK On aún no producen a escala en ese segmento. “Tesla necesita volumen y previsibilidad, y LGES es hoy la única capaz de garantizarlo”, apuntó Cho Hyun-ryul, analista de la firma.

 

El negocio de energía de Tesla, que incluye almacenamiento y generación, representa poco más del 10% de su facturación global pero se transformó en un área clave en medio de la desaceleración de ventas de autos. “La demanda de baterías es gigantesca, aunque muchos todavía no lo dimensionan”, aseguró Elon Musk en una reciente conferencia con inversores.

 

Este acuerdo le permite a Tesla ganar tiempo mientras avanza con su propia fábrica de celdas LFP en Nevada, que se espera esté operativa a fin de año pero solo cubrirá una pequeña porción de sus necesidades. La batalla por asegurarse baterías en un contexto de cadenas de suministro tensas recién empieza.

 

Todo indica que el mercado energético, impulsado por el boom de los centros de datos y la inteligencia artificial, será el motor de crecimiento para Tesla y otros jugadores. Los expertos creen que los próximos años estarán marcados por una fuerte competencia para dominar el segmento, y Tesla no piensa quedarse atrás.

 

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