Microsoft esquiva una millonaria multa en Europa: separa Teams de Office
La Comisión Europea aceptó los compromisos de la compañía para dejar de “atar” sus productos, tras denuncias de abuso de posición dominante.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Después de más de un año de investigación, Microsoft logró cerrar un capítulo incómodo en Bruselas. La Unión Europea aceptó los compromisos del gigante tecnológico para separar su plataforma de comunicación Teams de las suites de productividad Office 365 y Microsoft 365, lo que en la práctica lo salva de una multa millonaria por prácticas anticompetitivas.
El anuncio lo hizo la propia Comisión Europea, que aseguró que los compromisos serán obligatorios por al menos siete años. Entre las medidas, Microsoft venderá versiones de Office y Microsoft 365 más baratas sin Teams, permitirá a los clientes migrar de una suite con Teams a otra sin él y garantizará la interoperabilidad con aplicaciones rivales.
El caso arrancó en 2023 a raíz de una denuncia de Slack —hoy propiedad de Salesforce— que acusó a la firma de Redmond de aprovechar su posición dominante en productividad para imponer Teams en el mercado. La Comisión concluyó que esa “vinculación abusiva” podía haber limitado la competencia en el segmento de chat y colaboración en línea.
Para Salesforce, que fue quien encendió la mecha, el acuerdo es un triunfo. Su director legal, Sabastian Niles, afirmó que la decisión “envía un mensaje claro de que la vinculación perjudicó a las empresas, negó a los clientes una elección justa y resultó en años de competencia perdida”.
El caso Microsoft-Teams muestra cómo la Unión Europea mantiene la presión sobre las grandes tecnológicas para evitar posiciones dominantes que cierren el mercado. No se trata solo de una multa evitada: el impacto real está en el cambio estructural que deberá hacer la empresa en su modelo de negocio.
El acuerdo también puede abrir un precedente para futuros casos con otros gigantes del sector, donde la integración de servicios se vuelve cada vez más difusa. Para los usuarios, la medida puede significar más opciones y precios diferenciados; para la industria, es un recordatorio de que Bruselas sigue siendo un árbitro incómodo pero decisivo en la competencia digital global.
Las acciones de MSFT subían un 2% en la tarde del viernes a 511,70 dólares.