El CEO de Apple afirmó que la expansión de su megafábrica generará un "efecto dominó"
El gigante tecnológico, que desde 2007 produjo la mayoría de sus iPhones en China a través de Foxconn, busca ahora reforzar su presencia industrial en suelo estadounidense.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
Estados Unidos perdió 33.000 empleos manufactureros en lo que va del año, pero Apple asegura tener un plan para revertir la tendencia. Su director ejecutivo, Tim Cook, anunció una inversión de USD 600.000 millones en cuatro años destinada a levantar 79 fábricas en distintos estados, con la expectativa de generar un “efecto dominó” que atraiga a otras empresas y revitalice comunidades locales.
El gigante tecnológico, que desde 2007 produjo la mayoría de sus iPhones en China a través de Foxconn, busca ahora reforzar su presencia industrial en suelo estadounidense. No obstante, la dependencia de Asia sigue siendo central: alrededor del 80% de los iPhones vendidos en EE. UU. provienen de China, y recientemente Apple trasladó parte de su cadena de suministro a India para reducir costos y esquivar aranceles.
Expertos consultados por Fortune señalan que la apuesta de Apple debe entenderse como un proceso gradual más que una transformación radical. Según Scott Bickley, de Info-Tech Research Group, la concentración de proveedores en Asia, la escala de su fuerza laboral y los menores costos hacen improbable que EE. UU. sustituya al continente asiático como núcleo de producción.
John Belton, de Gabelli Funds, agregó que gran parte de la inversión ya estaba contemplada en la planificación financiera de largo plazo y que solo ciertos componentes, como vidrio y chips, se fabricarán localmente.
El desafío mayor está en la falta de trabajadores calificados. La Oficina de Estadísticas Laborales reporta 400.000 vacantes en el sector, una cifra que complica la construcción de plantas que requieren decenas de miles de empleados.
Pese a ello, analistas como Amrita Bhasin, de Sotira, creen que, si Apple concreta su plan, presionará a otras firmas tecnológicas a invertir en producción nacional. Para Jamie Meyers, de Laffer Tengler Investments, más que un impulso autónomo de Apple, esta estrategia refleja la agenda de la administración Trump de reforzar la manufactura doméstica.