Celulosa Argentina cambia de manos: un financista se quedó con la empresa por apenas u$s 1

En pleno concurso preventivo y con deudas millonarias, la principal papelera del país fue adquirida por Esteban Nofal, quien ahora controla casi la mitad del paquete accionario.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

Celulosa Argentina, histórico gigante del rubro papelero, oficializó su traspaso a un nuevo dueño en medio de una delicada situación económica. La compañía, que había solicitado concurso de acreedores por más de u$s 128 millones, informó a la Comisión Nacional de Valores que el empresario y financista Esteban Nofal concretó la compra de sus acciones. El precio acordado: apenas u$s 1.

 

La operación incluyó la adquisición de 452,6 millones de acciones clase B —equivalentes al 4,48% del capital— que estaban en manos de Douglas Lee Albrecht, José Manuel Urtubey y Juan Manuel Collado, además de la totalidad de Tapebicua Cayman Limited. De este modo, Nofal pasó a concentrar alrededor del 45,5% del capital y de los votos de la empresa.

 

Mientras tanto, las acciones de Celulosa mostraron una fuerte volatilidad. Durante el último semestre el promedio fue de $282,1 cada 100 papeles, pero este viernes treparon un 22,86% y cerraron a $279,50, en contraste con la baja general del Merval. Nofal adelantó que pedirá a la CNV un permiso especial para no tener que lanzar la OPA minoritaria tomando ese valor de referencia, debido a la frágil situación financiera de la compañía.

Con pasado en el mundo de las finanzas y heredero de una familia vinculada a los medios y al deporte, Esteban Nofal dirige el grupo inversor CIMA. En 2021 compró SES, la firma que TGLT había heredado de la constructora Caputo para gestionar contratos de obra pública. Además, su grupo estuvo vinculado al corredor de granos Mariano Grassi y, este mismo año, adquirió deuda de Vicentin por u$s 447 millones.

 

La adquisición de Celulosa por un monto simbólico desnuda una lógica cada vez más frecuente en el mercado local: inversores que apuestan a compañías en crisis para reestructurarlas y, eventualmente, capitalizarlas. Para Nofal, el movimiento implica riesgo, pero también la posibilidad de quedarse con un actor clave de la industria a muy bajo costo.

 

El futuro de Celulosa dependerá de la capacidad de su nuevo accionista de atraer financiamiento, recomponer la relación con acreedores y devolverle competitividad a la firma. La jugada también envía una señal más amplia: la crisis económica abre la puerta a operaciones impensadas, donde empresas históricas pueden terminar cambiando de manos por valores simbólicos.

 

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