Boeing invierte 4700 millones de dólares en medio de su crisis corporativa

La corporación aeronáutica realiza este adquisición en medio de acusaciones del Gobierno de EEUU vinculadas a su seguridad.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Lunes 01 de julio del 2024 a las 11:31 am

 

En un movimiento soprendente en la industria aeroespacial, Boeing (BA) acordó recomprar Spirit AeroSystems (SPR) por $4.700 millones en acciones, mientras que Airbus decidió hacerse cargo de las actividades deficitarias del proveedor en Europa. Este acuerdo impulsó las acciones de las tres compañías en una inusual ruptura transatlántica.

 

La independencia de casi dos décadas de Spirit AeroSystems, la mayor empresa independiente de aeroestructuras del mundo, llegó a su fin en una división entre sus principales clientes. La última crisis del Boeing 737 MAX, causada por la explosión de un tapón de una puerta en el aire en enero, resaltó las dudas sobre la resiliencia en la fabricación de fuselajes.

 

Boeing, que separó las plantas centrales de Spirit en Wichita y Oklahoma en 2005, anunció que recompraría su antigua subsidiaria por aproximadamente $37,25 por acción, lo que se traduce en un valor empresarial de $8.300 millones incluyendo la deuda. Según Reuters, esta decisión permitirá una mayor integración de las capacidades de fabricación e ingeniería de ambas compañías, mejorando los sistemas de seguridad y calidad.

 

Las acciones de Spirit subieron un 3,6% en las primeras operaciones en EE.UU., mientras que Boeing ganó un 2%. El acuerdo ofreció una prima del 30% en comparación con el día anterior, cuando Boeing y Spirit anunciaron sus conversaciones para reintegrar al proveedor el 1 de marzo.

 

Los analistas señalan que Spirit ha tenido dificultades para prosperar de manera independiente, a pesar de diversificarse y trabajar con Airbus y otros. La decisión de Boeing llega en medio de una crisis corporativa e industrial en expansión, agravada por la explosión de un tapón de puerta en un Alaska Airlines 737 MAX 9 el 5 de enero, lo que expuso problemas de calidad y ralentizó la producción, afectando a toda la industria de la aviación comercial mundial.

 

Fitch calificó el acuerdo como "operacionalmente beneficioso" para Boeing, permitiéndole planificar y controlar mejor la producción futura del 737 MAX. Tras la crisis, Boeing anunció la salida planificada del director ejecutivo Dave Calhoun, con Pat Shanahan de Spirit, un ex alto ejecutivo de Boeing, como uno de los posibles reemplazos.

 

 

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