Boeing está perdiendo una fortuna con su nave Starliner y no se sabe cuándo va a parar
El proyecto de viajes espaciales con la nave Starliner acumula más de 2000 millones de dólares en pérdidas para la compañía aeronáutica que atraviesa una gran crisis desde 2024.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Boeing viene acumulando una racha de pérdidas con su nave espacial Starliner, y la cosa no pinta bien. Ya lleva más de 2.000 millones de dólares en rojo, y parece que la cuenta sigue subiendo. Para colmo, el primer vuelo tripulado de la cápsula terminó siendo un dolor de cabeza para la NASA en vez de un éxito.
El último golpe al bolsillo de la empresa llegó este año, con un cargo de 523 millones de dólares solo en 2024, la mayor pérdida anual del programa hasta ahora. Según un informe de Boeing publicado el lunes, el contrato que tienen con la NASA es a precio fijo, lo que significa que ellos tienen que absorber los costos extra. Y lo peor es que reconocen que podrían seguir perdiendo plata en los próximos años.
Un debut accidentado
El primer vuelo tripulado de Starliner en 2023 salió mal. Mientras la cápsula llevaba a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a la Estación Espacial Internacional, un fallo en el sistema de propulsión hizo que la NASA decidiera traer la nave de vuelta vacía. Al final, tuvieron que recurrir a SpaceX para traer a los astronautas de regreso a la Tierra a principios de este año. La situación se volvió tan incómoda que incluso se metió en la arena política.
Hasta ahora, ni Boeing ni la NASA han dicho cómo piensan solucionar el problema de propulsión, ni mucho menos cuándo. Mientras tanto, la compañía está moviendo fichas: la semana pasada, se confirmó que Mark Nappi, vicepresidente del programa Starliner, dejó su cargo. En su lugar asumió John Mulholland, quien ya había estado a cargo del proyecto entre 2011 y 2020.
Por ahora, la NASA dice que está guardando "ventanas de oportunidad" para un posible vuelo de Starliner en 2025, pero la realidad es que le dio prioridad a SpaceX, que tiene programadas dos misiones tripuladas para la primavera y el final del verano. En otras palabras, Boeing sigue esperando su turno, mientras la agencia espacial se enfoca en su competidor.
El futuro de Starliner está en veremos. Boeing necesita demostrar que puede arreglar los problemas y que su nave es segura para los astronautas. Si no lo logra, la NASA podría perder la paciencia y dejar a la empresa fuera del negocio de los vuelos espaciales tripulados. Y con las pérdidas que viene acumulando, eso sería un golpe durísimo.
Las acciones de Boeing caían este martes un 0,55% a 174,90 cada una en el NYSE.