Aconcagua Energía inicia reestructuración de deuda financiera

La petrolera, con operaciones en Río Negro, Neuquén y Mendoza, postergará pagos mientras redefine su esquema de vencimientos, buscando asegurar un trato equitativo entre acreedores ante las dificultades para acceder a financiamiento.

 

Aconcagua Energía ha activado un proceso formal de reestructuración de su deuda financiera, buscando enfrentar un contexto de mercado adverso. La petrolera, que opera en provincias como Río Negro, Neuquén y Mendoza, ha informado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que necesita postergar pagos mientras redefine su esquema de vencimientos. Según la empresa, “la compañía impulsará un proceso integral de reestructuración de su deuda financiera, ante las condiciones desafiantes del mercado de capitales que han dificultado el acceso a fuentes de refinanciamiento”.

 

En este contexto, la firma ha decidido diferir el pago de intereses de sus Obligaciones Negociables Clase VII, en una estrategia que busca asegurar un trato equitativo entre sus acreedores y evitar decisiones que podrían poner en riesgo el proceso de negociación. Aconcagua ha contratado al banco VALO Columbus como asesor financiero y al estudio Tavarone Rovelli Salim Miani para asesoría legal, con la intención de abrir un espacio de diálogo con los acreedores clave y alcanzar un acuerdo que favorezca una reestructuración sostenible.

 

La meta principal, como afirmó la compañía, es “optimizar la estructura de capital, extender el perfil de vencimientos y preservar el valor económico del negocio en beneficio de todas las partes interesadas”. Durante el proceso de reestructuración, Aconcagua enfocará sus esfuerzos en mantener la operación corriente, cumplir con las obligaciones laborales y sostener buenas relaciones con proveedores y clientes. Se prevé que el proceso se complete “en las próximas semanas”, sujeto al avance de las negociaciones.

 

Este intento de reestructuración ocurre tras la suspensión de una emisión internacional proyectada por un máximo de USD 250 millones. Esta emisión, que está enmarcada en su programa de hasta USD 500 millones, iba a marcar el ingreso de Aconcagua al mercado de deuda internacional, destinado a refinanciar deudas y fomentar nuevas inversiones. Sin embargo, la volatilidad del mercado y la falta de liquidez en pesos afectaron su lanzamiento inicial.

 

El camino hacia la emisión internacional se complicó debido a la reticencia de inversores frente a empresas sin un historial sólido, además de una oferta abundante de otras emisiones argentinas mejor calificadas. Esto llevó a la petrolera a cancelar su operación. Posteriormente, Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Aconcagua a “CCC-”, citando problemas de liquidez y dificultades para acceder a financiamiento externo.

 

Paralelamente, la producción de hidrocarburos de Aconcagua experimentó una baja considerable. En el primer trimestre de 2025, la compañía reportó una disminución del 12% en la producción de petróleo y del 96% en la de gas respecto al mismo periodo del año anterior. La compañía atribuye esta reducción a la cesión de reservas acordada con Vista Argentina y al decrecimiento natural de los yacimientos convencionales.

 

Fundada en 2015, Aconcagua Energía es propiedad de Diego Trabucco y Javier Basso, quienes poseen una vasta experiencia en YPF. Actualmente, la firma opera 14 concesiones hidrocarburíferas en el país y ha logrado extender las licencias en Río Negro por diez años, parte de su estrategia de crecimiento a mediano plazo. En su esquema comercial, el 72% de sus ventas en el primer trimestre se destinaron al mercado interno, mientras que el 28% restante se enfocó en exportaciones.

 

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