Zuchovicki: “El ancla más fuerte hoy es el superávit fiscal”
El presidente de BYMA ve una economía con potencial si se consolida el orden fiscal y se financia la economía real. Advierte que la confianza es clave y que la dolarización no es la única salida.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Claudio Zuchovicki, flamante presidente de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), no duda en marcar lo que, para él, es la gran novedad del programa económico: el compromiso con el superávit fiscal y el regreso del financiamiento a la economía real. “Antes todos trabajábamos para un Banco Central que absorbía gran parte del dinero. Ahora, con superávit, se necesita menos financiamiento del Central y eso abre paso a la economía real”, explica.
El economista, entrevistado por Ámbito Financiero, celebra la desaceleración inflacionaria, pero advierte que el crédito se deterioró en los últimos meses, algo que espera sea “un efecto transitorio”. Y apunta a la confianza como motor central: “El ancla más fuerte hoy es el superávit fiscal. Si se aprueban leyes que lo pongan en riesgo, el ruido político pega de lleno en la economía”.
Sobre la posibilidad de dolarizar, Zuchovicki plantea que “prefiero tener moneda propia con muy buena política monetaria”. Según él, la dolarización es una herramienta que evita ciertos errores, “pero no te protege de todos los riesgos”. Reconoce, sin embargo, que hoy el país está “mucho más cerca” de un esquema de dolarización endógena que en el pasado, por el nivel de reservas y la relación con la base monetaria.
El diagnóstico sobre la educación financiera en el país es optimista: “El argentino tiene ADN financiero, sabe lo que es la inflación y entiende el valor presente. El problema es cultural: la desconfianza”. Cree que recuperar la credibilidad institucional es condición indispensable para repatriar capitales y reactivar el crédito.
En su análisis político, se muestra pragmático: “No existe ‘el mercado’, somos todos. Lo que importa es si la sociedad avala o no avala. Si el 70% acuerda en un rumbo, se crece, más allá de la velocidad o el color político”.
Zuchovicki tiene un moderado optimismo: ve orden fiscal, potencial de financiamiento y un cambio de lógica en el mercado, pero advierte que la confianza es frágil y que el crédito sigue siendo un talón de Aquiles. La estabilidad política y el consenso social aparecen como condiciones tan importantes como las variables económicas.
En la práctica, su mensaje es claro: sin superávit fiscal sostenido y sin un mercado de capitales dispuesto a mirar más allá de la cobertura cambiaria, la economía real no tendrá el aire que necesita para crecer.