Se viene una inversión histórica: una minera pondría más de 15.000 millones de dólares en San Juan
Es un megaproyecto de cobre que busca entrar al RIGI. Detrás están dos gigantes del rubro: BHP y Lundin. Si todo avanza, sería la mayor inversión extranjera de la historia argentina.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En plena cordillera sanjuanina, a pasos de Chile, podría arrancar en poco tiempo la inversión más grande que haya recibido el país. Se trata de Vicuña Corp., una fusión entre la minera australiana BHP (la más grande del mundo) y la canadiense Lundin Mining. ¿La cifra? Unos 15.000 millones de dólares para explotar cobre, aunque en la rosca política y empresarial hay quienes aseguran que podría trepar hasta los 17.000 millones.
El proyecto ya tiene nombre y apellido: Vicuña. Surge de la unificación de dos desarrollos previos, Josemaría y Filo del Sol, y se presentaría formalmente antes de fin de año al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el esquema estrella del Gobierno para tentar a los inversores de afuera.
Mientras tanto, otro proyecto minero en la zona también espera luz verde. Se trata de Los Azules, de la canadiense McEwen Copper, que ya se anotó en el RIGI con una inversión estimada de 2.672 millones de dólares, de los cuales 340 ya se gastaron en obras de infraestructura.
Para el Gobierno, estos megaproyectos son claves. Apuntan a que la minería —junto con Vaca Muerta y el campo— sean los motores de las exportaciones en los próximos años. De hecho, recuerdan que Chile factura 50.000 millones de dólares al año solo con el cobre, mientras que toda la minería argentina exportó apenas 5.000 millones en 2024.
Desde Casa Rosada ya reconocen que hay 15 proyectos anotados en el RIGI, por un total de 17.000 millones de dólares. Seis ya fueron aprobados por el comité evaluador, que integran funcionarios como el vicejefe de Gabinete, José Rolandi. También hubo un primer rechazo: el proyecto Mariana, de la china Ganfeng Lithium, que ya produce en Salta pero no calificó porque el RIGI busca beneficiar solo a inversiones nuevas, no a ampliaciones de lo que ya está en marcha.
El objetivo es claro: atraer plata fresca que genere actividad y exportaciones en serio, no parches. De hecho, hay otras iniciativas que están en revisión, como las de Posco y Gualcamayo, por estar en una zona gris entre lo nuevo y lo ya existente.
Todo indica que en la cordillera se está gestando algo grande. Si Vicuña se concreta, no solo se moverá el amperímetro económico, sino también el político. Es un mensaje fuerte para el mundo: con reglas claras, la Argentina todavía puede seducir a los grandes jugadores.
Y mientras el Gobierno apuesta fuerte al RIGI como la pata productiva de su plan económico, también sabe que esto no se define en una oficina en Puerto Madero. La clave está allá arriba, en las montañas sanjuaninas.