Ricardo Arriazu: “Argentina necesita juntar 100 mil millones en reservas y dejar de tenerle miedo a la emisión”

El economista resaltó que Argentina necesita establecer un piso de 100.000 millones de dólares en reservas en el Banco Central para lograr una estabilización económica sostenible.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Miércoles 28 de mayo del 2025 a las 12:26 pm

 

En un evento organizado por VALO, el economista Ricardo Arriazu, fue al hueso con un mensaje claro: si Argentina quiere una estabilidad económica duradera, tiene que reforzar las reservas del Banco Central a lo grande. “Necesitamos llegar a los 100 mil millones de dólares”, tiró sin vueltas.

 

Pero aclaró que esa plata no va a venir sola. “Eso no se logra por la cuenta corriente, tiene que entrar por la cuenta capital. Y eso es confianza”, explicó. O sea, para que entren dólares, primero hay que recuperar la fe de los inversores en el país.

 

Durante el panel, donde compartió escenario con el secretario PyME, Marcos Ayerra, y Claudio Zuchovicki, presidente de BYMA, Arriazu señaló que Argentina tiene una ventaja que no es menor: “Somos de los pocos países en el mundo con superávit gemelos”, es decir, con saldo positivo en lo fiscal y en la balanza comercial. “Eso me protege enormemente”, dijo. Pero también aclaró que no alcanza. Puso como ejemplo a Brasil, que con todos sus problemas fiscales, igual tiene 370 mil millones de dólares guardados en reservas.

 

Además, le tiró un palito a los que dicen que si hay tipo de cambio flotante el Estado no tiene que meterse. “Eso no existe. Mirá Brasil: perdió 40 mil millones en intervenciones. Así que no me vengan con que no hay que hacer nada”, apuntó.

 

En esa línea, dijo que el Gobierno tiene que estar atento y aprovechar los momentos en los que entren divisas para comprar sin que se dispare el dólar. “Si entran 7 mil millones, que no llegan todos juntos, el mercado se derrumba. Ese es el momento para comprar”, explicó.

 

También pidió dejar atrás el terror a la emisión monetaria. “Tenemos que sacarnos de la cabeza que toda emisión es mala. Hay países como China o Japón que multiplicaron la base monetaria sin inflación, porque la demanda de dinero era altísima”, señaló. Según él, si hay confianza y demanda, se puede emitir sin problemas.

 

Sobre el dólar, dijo que el Gobierno todavía tiene margen para intervenir en el medio de la banda cambiaria, pero por ahora prefiere dejar que la cotización vaya para abajo. Aunque advirtió que, más temprano que tarde, el Banco Central va a tener que volver a jugar más fuerte para acumular reservas.

Después se metió en los temas más locales y apuntó al famoso “costo argentino”, esa mezcla de impuestos, trabas laborales, financiamiento caro y falta de infraestructura que hace que competir desde acá sea cuesta arriba. “Hay que eliminar ese sobrecosto si queremos que el sector privado se ponga en marcha”, opinó.

 

También fue realista con las consecuencias sociales que pueden traer las reformas. “La destrucción siempre va más rápido que la creación. Por eso puede haber bolsillos de pobreza y bronca”, advirtió. Dijo que hace falta un modelo de equilibrio general para ver bien dónde están los cuellos de botella y no tirar manotazos al aire.

 

En ese sentido, destacó el potencial que tiene la construcción. Recordó que hay un déficit de 4 millones de viviendas y que, si la inflación baja y vuelve el crédito, ese sector puede ser clave para reactivar. Pero insistió: hay que tener cuidado con cómo se hacen los cambios.

 

Y cerró con una frase que resume bien el desafío: “Si hago las reformas muy rápido, algunos inocentes van a quedar en el camino. Pero si no las hago rápido, volvemos al pasado”. Así, dejó claro que el camino es el cambio, pero con conciencia social.
 

 

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