Flexibilizan el etiquetado de alimentos: qué estableció el Gobierno y cuáles son las nuevas reglas
A finales de diciembre, se anunciaron cambios en el etiquetado frontal que permitirán a muchos productos eliminar sellos. Ahora solo se considerarán nutrientes añadidos, generando interrogantes sobre su impacto en la salud pública.
A finales de diciembre, el Gobierno decidió introducir cambios en el sistema de etiquetado frontal de alimentos. Este sistema, conocido por sus octógonos negros que advierten sobre excesos de azúcar, grasas o sodio, se flexibiliza en cuanto a las normas que rigen las etiquetas y la publicidad de productos alimenticios. Esto significa que numerosos alimentos podrán quitar sus sellos o incluso dejar de mostrarlos completamente.
La principal modificación se centra en el cálculo de los nutrientes críticos. En esta nueva normativa, solo se considerarán aquellos nutrientes que se hayan añadido durante la producción, excluyendo los que formen parte inherente del alimento. Como resultado, el azúcar natural presente en las frutas no se tomará en cuenta en el caso de las mermeladas; solamente el azúcar añadido será evaluado para los octógonos.
Además, los productos tendrán la posibilidad de resaltar beneficios nutricionales que no se relacionen con los nutrientes críticos. Por ejemplo, un queso que antes tenía el sello de "exceso de sodio" ahora podrá destacar su contenido en calcio, algo que anteriormente estaba prohibido. Las empresas comenzarán a utilizar nuevos envases a medida que se acaben los existentes, y se prevé que los primeros productos con menor cantidad de sellos lleguen a los estantes entre finales de febrero y principios de abril, dependiendo del ritmo de producción de cada categoría.
Algunas categorías de alimentos verán una notable disminución en la cantidad de sellos que portan, como es el caso de los quesos, que muchos de ellos ya no llevarán el sello por grasas, dado que estas son propias de la leche. También podrán destacar su aporte de calcio y vitaminas. En el caso de los yogures que utilizan edulcorantes en lugar de azúcar añadida, estos perderán sellos y podrán resaltar su contenido en calcio.
Asimismo, las mermeladas se beneficiarán al no considerar el azúcar natural de las frutas, lo que hará que muchas de ellas ya no cumplan con los criterios para exhibir octógonos. Los jugos de frutas y los jamones que se ajusten a los nuevos límites de sodio, así como las barras de frutos secos sin grasas añadidas, también podrán eliminar sus sellos y mencionar las ventajas de sus ingredientes naturales.
Por otro lado, se ha establecido que el sello de "exceso de calorías" solo se aplicará si el producto presenta también sellos por azúcar, grasas totales o saturadas y supera las 275 kcal por cada 100 gramos. Esto podría permitir que ciertos alimentos, aunque calóricamente altos, queden exentos de advertencias si no cuentan con otros nutrientes críticos en cantidades significativas.
Aunque estos cambios intentan alinear las regulaciones locales con estándares internacionales y atender las necesidades de la industria alimentaria, también surgen preguntas sobre su efectividad en la salud pública. Con una menor cantidad de octógonos en las etiquetas, los consumidores se verán ante un mayor abanico de opciones, pero, a su vez, recaerá sobre ellos la tarea de interpretar de manera más detallada la información nutricional disponible.