Morosidad en préstamos a familias alcanza el 10,1%, el nivel más alto en una década
Los créditos personales registran un aumento récord en la morosidad, mientras que la deuda empresarial muestra una leve mejora. El Gran Buenos Aires y Formosa son las regiones más afectadas.
La morosidad en los préstamos bancarios otorgados a personas físicas alcanzó un 10,1% de la cartera total en septiembre de 2025, el nivel más elevado en diez años, según un informe de la consultora Curat, Martínez Larrea & Asociados (CML&A) basado en datos oficiales. Este índice refleja una tensión financiera que afecta a las familias en todo el país, considerando operaciones crediticias con atrasos superiores a 30 días. En contraste, la morosidad en préstamos a empresas descendió a 5,6%, mientras que la tasa combinada para el sector privado fue del 7%.
Desde diciembre de 2016, cuando la morosidad en créditos personales era del 2,8%, se observa una tendencia ascendente que llevó a la cifra actual, la más alta en la última década. Por su parte, la morosidad en préstamos a empresas subió desde el 2,4% en diciembre de 2024 hasta el 5,6% en septiembre de 2025.
Este aumento en la mora ocurre en un contexto de recuperación en la colocación de préstamos a particulares, que tras registrar mínimos históricos, crecieron un 35% interanual, aunque en noviembre de 2025 experimentaron una caída real del 1,6%, según el Informe Monetario del Banco Central (BCRA).
El crédito otorgado sobre el Producto Bruto Interno (PBI) alcanzó el 9%, duplicando los niveles de principios de 2024. Si se suma el financiamiento en dólares, el ratio sube a 11,9%. A pesar de este crecimiento, los niveles permanecen bajos en comparación con América Latina, donde el promedio de crédito/PBI es del 49%, con Brasil en 55% y Chile en 82%.
Por regiones, el Gran Buenos Aires presenta la mayor morosidad en préstamos personales, con un 14%, superando el promedio nacional. Otras zonas como Ciudad de Buenos Aires, Pampeana, Mesopotamia, Cuyo, Norte y Patagonia registran tasas que varían entre el 3,4% y el 10,3%.
En el ámbito provincial, Formosa destaca con un preocupante índice de mora del 27,2% en créditos a familias, mientras que San Luis y Santiago del Estero también superan el 14%. En cambio, Mendoza, Chubut, Río Negro y Neuquén combinan bajas tasas de morosidad con un crecimiento notable en la cartera crediticia individual durante el último año.
En cuanto a los préstamos comerciales, las regiones de Mesopotamia, Patagonia y Gran Buenos Aires muestran los niveles más altos de mora, aunque la situación para las empresas es menos crítica que para los individuos. Formosa lidera la morosidad provincial en este segmento con un 23,3%, seguida por La Rioja (20,9%), La Pampa (15,7%) y Corrientes (12,3%). Por el contrario, Jujuy, Salta y Neuquén presentan las menores tasas de mora y un crecimiento en el crédito comercial.
Entre las actividades económicas, la construcción es la más afectada con una morosidad del 6,9%, que supera el 4,1% registrado en diciembre de 2024 y se mantiene cercana al 7,1% de diciembre de 2023. En cambio, el sector primario y los servicios públicos mantienen bajos niveles de incumplimiento.
El informe también señala diferencias en la calidad de la cartera según el tipo de entidad financiera. Los bancos extranjeros exhiben la mejor calidad crediticia, mientras que los privados nacionales enfrentan mayores dificultades, especialmente en créditos personales y prendarios. Los bancos públicos presentan la menor morosidad en préstamos a individuos. Asimismo, las entidades no bancarias reflejan cifras elevadas de morosidad, aunque la problemática se concentra principalmente en el sector privado nacional.
Las perspectivas para 2026 indican que, sin una mejora en las condiciones económicas y políticas de crédito, la morosidad podría mantenerse elevada. Expertos advierten sobre la necesidad de políticas que promuevan la inclusión financiera y el acceso responsable al crédito.
