Más aumentos: qué alimentos suben este mes y de cuánto es el incremento
La consultora LCG informó que los alimentos subieron un 0,8% en la última semana, destacando un 2,7% en panificados. Estas cifras afectan el poder adquisitivo de jubilaciones y asignaciones en un contexto inflacionario que sigue creciendo.
El precio de los alimentos en Argentina alcanzó un incremento del 0,8% en la última semana, de acuerdo a un estudio realizado por la consultora LCG. Este análisis abarcó el período desde el jueves 27 de marzo hasta el miércoles 2 de abril, y contrasta con el aumento del 0,4% registrado la semana anterior.
De esta manera, la inflación acumulada en las últimas cuatro semanas se sitúa en 3,7%, superando el índice de inflación general, lo que afecta el poder adquisitivo de las jubilaciones y asignaciones en relación con los alimentos. Entre las variaciones de la semana, se encuentra un aumento del 2,7% en los productos panificados. Los panaderos de la provincia de Buenos Aires anunciaron un incremento del 12% en los precios de sus productos que comenzó a regir desde inicios de abril.
Por otro lado, los lácteos y huevos siguieron la misma tendencia de semanas anteriores, con un crecimiento del 1,4%, mientras que las carnes se desaceleraron, experimentando un aumento del 0,7%. Sin embargo, si se analiza el comportamiento de los precios en las últimas cuatro semanas, las carnes encabezan los aumentos con un 6,3%, consolidándose como el rubro de mayor impacto en el presupuesto familiar. Mientras que, si se pone el foco en las verduras y las bebidas, se observan subas del 3,3% y 2,8%, respectivamente.
Ante este contexto, el Gobierno intenta mitigar los aumentos en los alimentos, estableciendo subas en las tarifas de servicios públicos por debajo del 2%, con el propósito de aliviar la situación económica de los sectores más vulnerables de la sociedad. Sin embargo, economistas advierten que estas medidas pueden ser insuficientes ante la persistente inflación. Los consumidores se ven obligados a ajustar sus hábitos de compra, priorizando productos esenciales y buscando alternativas más económicas. Organizaciones sociales alertan sobre el aumento de la pobreza y la inseguridad alimentaria, lo que podría llevar a un incremento en las protestas y reclamos por parte de los sectores más afectados.