La confianza del consumidor bajó en septiembre, pero con diferencias entre regiones e ingresos
El índice de la Universidad Di Tella mostró una caída mensual de 0,33%, aunque mejoró 2% frente a 2024. CABA fue la única región con suba fuerte, mientras que los hogares de ingresos bajos mostraron más optimismo que los de ingresos altos.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora mes a mes la Universidad Torcuato Di Tella, registró en septiembre una leve baja de 0,33% frente a agosto. Sin embargo, en la comparación interanual, el indicador mostró una mejora del 2,08% respecto de septiembre de 2024. Desde diciembre pasado, acumula un retroceso de 13,5%, reflejando la fragilidad del humor social en un contexto económico todavía desafiante.
La encuesta, realizada entre el 5 y el 15 de septiembre, dejó en claro que la percepción de los consumidores no es homogénea y depende tanto de la región como del nivel de ingresos de los hogares.
El desglose por poder adquisitivo también mostró una brecha clara. Los hogares de menores ingresos tuvieron un repunte del 6,65% en septiembre y se ubican más de 10% arriba del año pasado. En cambio, los de ingresos altos retrocedieron 5,20% en el mes y están 4% por debajo de septiembre de 2024.
Uno de los puntos más débiles fue el de Bienes Durables e Inmuebles, que se desplomó 14,87% en el mes. Dentro de ese rubro, la predisposición a comprar autos y viviendas cayó 21%, y la de electrodomésticos un 10,7%. Pese al bajón mensual, en la comparación anual el indicador de bienes durables sigue 17,33% arriba.
Otro dato a destacar es la diferencia entre lo que la gente percibe hoy y lo que espera a futuro. El subíndice de “Condiciones Presentes” retrocedió 9,83% en septiembre, mientras que el de “Expectativas Futuras” subió 6,59%. Si se compara contra 2024, las condiciones presentes marcan una mejora de 12,3%, pero las expectativas caen 3,34%.
En cuanto a la percepción personal, los encuestados vieron una leve mejora de 3,17% en septiembre. La visión sobre la “Situación Macroeconómica” también subió, con un 7,41% mensual. Sin embargo, contra el año pasado, los resultados muestran estancamiento en la situación personal (-0,36%) y una baja de 3,34% en la macro.
Los números marcan un escenario dual: mientras que las condiciones actuales se perciben con cierta mejora, sobre todo en sectores más vulnerables y en la Ciudad de Buenos Aires, el consumo ligado a bienes durables todavía refleja cautela. En este sentido, la brecha entre ingresos altos y bajos es un dato interesante: los sectores de menores recursos parecen sentir alivio en el bolsillo en el corto plazo, mientras que los más acomodados se muestran más reticentes a gastar.
Para el Gobierno, la lectura no es negativa: las expectativas de corto plazo muestran resiliencia y los indicadores interanuales siguen en terreno positivo. Aun con la volatilidad y el impacto de la inflación pasada, se nota que la gente percibe cierto orden macroeconómico. La apuesta oficial es que con la estabilidad cambiaria y el superávit fiscal como ancla, la confianza se consolide en los próximos meses y le dé aire al consumo de cara a fin de año.
