El desafío del agronegocio exportador: ¿crecimiento o crisis?
En los últimos meses, varias compañías del sector agropecuario han atravesado una difícil situación económica.
Por Silvia Notte
Abogada especialista en Comercio Exterior
En los últimos meses, varias compañías del sector agropecuario han atravesado una difícil situación económica, lo que ha llevado a muchas de ellas a acogerse al procedimiento de Concurso Preventivo.
Este mecanismo legal se aplica cuando una empresa enfrenta dificultades financieras y no puede afrontar sus compromisos de pago. Su implementación impacta tanto a la compañía como a sus acreedores y demás actores vinculados. Para que se active, se requiere la existencia de una situación de insolvencia y una solicitud formal que inicie el proceso.
Entre los factores que aducen las empresas en esta instancia se destacan la inestabilidad económica del país, estrategias financieras que no dieron los resultados esperados, la previsión de una devaluación más pronunciada, la caída en los precios internacionales, la reducción de ventas debido a cambios en los hábitos de consumo y las condiciones climáticas adversas que han afectado la producción agrícola.
Esta combinación de factores puede generar incertidumbre en el mercado financiero, no solo para las compañías que han ingresado en concurso, sino también para los productores que operan con ellas, lo que repercute en toda la cadena de comercialización de granos y otros productos agrícolas.
Para hacer frente a este escenario, las empresas pueden considerar diferentes estrategias de recuperación. Una opción es la reestructuración de deuda, ajustando plazos y condiciones de pago para aliviar su situación financiera. Otra alternativa es la incorporación de nuevos socios que aporten capital y respaldo económico. Además, el acceso a financiamiento es clave en el comercio internacional, ya que permite ampliar mercados y fortalecer el perfil exportador.
Desde el punto de vista de los productores, una estrategia viable es apostar por la exportación directa, eligiendo mercados en función de su capacidad productiva y aprovechando oportunidades en el comercio global.
Cualquier empresa que produce, elabora o fabrica bienes tiene la posibilidad de exportar. Sin embargo, es esencial contar con un cálculo preciso de los costos asociados a la exportación, ya que este aspecto estratégico permite evitar costos imprevistos al momento de despachar la mercadería en el puerto. Competir en el mercado internacional es un desafío, pero también una gran oportunidad para diversificar ingresos y expandir negocios.
En el caso de las economías regionales, el reciente marco normativo ha establecido un 0% de derechos de exportación (según lo detallado en el Anexo I del Decreto 38/25), lo que supone una ventaja significativa en la reducción de costos. A esto se suma la simplificación de los trámites para la obtención de certificados de exportación, que permite optimizar tiempos y minimizar gastos administrativos, favoreciendo la competitividad del sector agropecuario.
Apostar por la exportación no solo representa un mayor ingreso para las empresas, sino que también promueve el crecimiento del sector, fortalece el desarrollo empresarial y proyecta la producción argentina en el escenario internacional.