El Banco Mundial proyecta una baja del 7% en los precios de commodities en 2026
El organismo prevé que los commodities encadenen cuatro años consecutivos de caída y toquen su nivel más bajo en seis años. Advierte además que un evento climático más severo podría golpear la producción agrícola en el Cono Sur.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Banco Mundial encendió una luz amarilla para los mercados globales: según su último informe “Perspectivas de los mercados de materias primas”, los precios de las materias primas caerán un 7% en 2025 y 2026, completando cuatro años seguidos de baja y alcanzando su punto más bajo en seis años. La causa, explican, está en la combinación de un crecimiento económico mundial más débil, un exceso de oferta de petróleo y la incertidumbre sobre las políticas fiscales y monetarias de las principales potencias.
A pesar de esa tendencia, el organismo aclara que los valores aún se mantienen por encima de los niveles previos a la pandemia: estima que en 2025 los precios estarán 23% por encima de los de 2019, y en 2026 un 14% arriba. Pero el panorama sigue siendo de moderación y enfriamiento. En los mercados agrícolas, por ejemplo, también se anticipa una baja del 6,1% en 2025, con una estabilización hacia 2026. El descenso alcanzaría a cereales, aceites y harinas, aunque con variaciones entre cada rubro.
En paralelo, el Banco Mundial advirtió sobre un riesgo climático que podría complicar aún más el escenario, sobre todo para la región. Un fenómeno de La Niña más intenso de lo previsto podría provocar un clima más cálido y seco en zonas agrícolas clave de Argentina, el sur de Brasil y parte del sur de Estados Unidos. Esto impactaría directamente sobre la producción de soja, maíz y trigo, elevando los precios por encima de lo esperado si las cosechas se ven afectadas.
El organismo también remarcó que los riesgos para los precios agrícolas están equilibrados: podrían subir si se intensifican los fenómenos climáticos o si se reducen las tensiones comerciales, pero caerían en caso de un enfriamiento económico global o de una menor demanda de biocombustibles.
Para los países exportadores como Argentina, la advertencia no es menor. Una caída prolongada de precios combinada con condiciones climáticas adversas podría complicar el ingreso de divisas y las metas fiscales. Los analistas locales coinciden en que 2025 será un año de ajustes finos, donde cada punto del precio internacional y cada milímetro de lluvia harán la diferencia.
