El consumo privado cayó 3,2% en agosto pese a crecimiento interanual

El consumo privado en Argentina registró una caída del 3,2% en agosto, un mes marcado por la volatilidad en el tipo de cambio y el aumento de las tasas de interés, según un informe elaborado por la Universidad de Palermo (UP). A pesar de este retroceso mensual, el índice de consumo acumula once meses consecutivos de crecimiento interanual, con un avance del 13,7% en los primeros ocho meses del año en comparación con el mismo período de 2024. Este nivel representa el más alto para un mes de agosto desde 2019, aunque todavía se encuentra por debajo de los registros de 2017 y 2018.

El análisis sectorial realizado por la UP muestra una desaceleración desigual entre rubros. En el segmento de bienes durables, el mercado automotor destacó con un crecimiento interanual del 44,8% en agosto, mientras que el sector de motos experimentó una leve baja del 0,5%, la primera caída tras trece meses consecutivos de incrementos.

Los bienes semidurables, como prendas y calzado, evidenciaron señales de recuperación en junio, con alzas del 0,9% en shoppings y del 14,4% en supermercados. Además, las ventas en jugueterías crecieron 22,7% en el marco del Día del Niño.

Por su parte, el consumo masivo mostró retrocesos en julio, especialmente en la demanda de carne vacuna y aviar, que cayó cerca del 2% interanual tras un repunte en junio. En contraste, el consumo de combustibles mantuvo un crecimiento del 2,2% respecto al año anterior.

En el sector servicios, los restaurantes tradicionales registraron una caída interanual del 4,5% en julio, mientras que el turismo, los espectáculos y la asistencia a cines en shoppings también disminuyeron frente a igual mes de 2024. La recaudación real por IVA creció un 1,1% interanual en agosto, aunque con un ritmo inferior al de meses previos. Según la UP, “las compras con tarjeta de crédito y los préstamos personales mantuvieron su tendencia ascendente, aunque con tasas más moderadas que las registradas en el primer semestre”.

Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Negocios de la Universidad de Palermo, destacó que “los datos de agosto muestran un escenario con ritmos muy distintos según el sector. Mientras autos y otros durables sostienen una expansión fuerte, en servicios y consumo masivo se advierten retrocesos. Esto subraya la necesidad de analizar con detalle cada rubro y seguir de cerca cómo evoluciona el poder de compra de las familias”.

En cuanto a las pequeñas y medianas empresas, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) estimó una caída interanual del 2,6% en las ventas minoristas de pymes durante agosto, lo que representa el quinto mes consecutivo en descenso. En términos mensuales, la retracción fue del 2,2% respecto a julio, aunque el acumulado anual mantiene un crecimiento interanual del 6,2%.

Según CAME, los consumidores modificaron sus hábitos, concentrando sus compras en productos esenciales y en volúmenes reducidos, con preferencia por los comercios de cercanía. El canal online continuó con baja participación, mientras que las promociones y financiamiento se consolidaron como herramientas para sostener las operaciones, en un contexto de restricción de liquidez en los hogares.

Por rubros, Farmacia fue el único sector que mostró una variación positiva interanual, con un leve aumento del 0,2%. En contraste, otros segmentos sufrieron caídas: bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles retrocedieron un 10,4%; perfumería un 8,9%; textil e indumentaria un 4,8%; ferretería, materiales eléctricos y construcción un 1,9%; alimentos y bebidas un 0,9%; y calzado y marroquinería un 0,8%.

Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), afirmó que durante 2023 hubo un “consumo ficticio” debido a que fue un “año anabólico”. Explicó que actualmente “hay sectores que han caído” y añadió que “no se pueden aumentar los precios si no se está vendiendo”. De cara a los próximos meses, expertos advierten que la estabilidad cambiaria y una política monetaria más flexible serán clave para recuperar el dinamismo del consumo, especialmente en sectores sensibles a las tasas y la inflación.