Caputo redobla críticas al Congreso en la previa de un nuevo rechazo al veto presidencial
El ministro de Economía advirtió que el Parlamento busca “romper el equilibrio fiscal” y acusó a los legisladores de querer recuperar “su negocio”.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En medio de una semana caliente en el frente político y económico, Luis Caputo volvió a apuntar con dureza contra el Congreso. El ministro de Economía, a través de su cuenta de X, acusó a los legisladores de intentar “romper el equilibrio fiscal” justo en la previa del debate en el Senado por el veto a la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
El proyecto en cuestión establece que el 1% de los ATN se distribuya de manera automática entre las provincias según el criterio de la Ley de Coparticipación Federal, dejando atrás el manejo discrecional del Ejecutivo. En su momento, el texto fue aprobado con una amplia mayoría: 56 votos a favor, solo uno en contra y 15 ausencias. Con ese antecedente, todo indica que el Senado volverá a darle la espalda al oficialismo, ratificando el rechazo al veto que impulsó el presidente Javier Milei.
La tensión se profundiza porque no es un caso aislado. Ayer, Diputados ya habían rechazado los vetos presidenciales a la Ley de Financiamiento Educativo y a la de Emergencia Pediátrica. Frente a ese escenario, Caputo acusó al Parlamento de buscar voltear al Gobierno. “Todos sabemos a esta altura que lo que están tratando de hacer es voltear al presidente que salvó al país de caer en la peor crisis de su historia”, escribió el ministro.
La oposición en el Congreso parece más preocupada en erosionar al Gobierno que en aportar soluciones a la crisis. Cada proyecto que promueven conlleva más gasto, más desequilibrio y más presión inflacionaria, justo cuando la economía necesita disciplina para estabilizarse. Detrás del discurso de “federalismo” y “derechos sociales” se esconde la misma lógica de siempre: repartir recursos sin respaldo y trasladar la factura a los ciudadanos.
Lo más grave es que este juego no es inocuo. Si el Parlamento insiste en dinamitar las cuentas públicas, no solo se debilita al Ejecutivo: se termina poniendo en riesgo la incipiente recuperación y alimentando la inflación que castiga a los trabajadores todos los meses. La oposición debería entender que no hay margen para la demagogia, pero hasta ahora parece decidida a priorizar su propio negocio político antes que el futuro del país.