Caputo centraliza el INTA y el INTI, recorta funciones y modifica su autonomía operativa
La medida busca mayor control político y presupuestario, dejando de lado el impulso reformista de Federico Sturzenegger.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Luis Caputo, el ministro de Economía, viene avanzando con una jugada de fondo: concentrar cada vez más poder sobre organismos clave del Estado. Esta vez, los apuntados son el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), dos entes técnicos con trayectoria y autonomía, que ahora quedarían bajo la órbita directa del Ejecutivo.
La movida implica un claro recorte de funciones y una pérdida de independencia operativa. En la práctica, el INTA pasará a depender de Producción, mientras que el INTI quedará reducido a un área menor dentro de la Secretaría de Industria y Comercio, como una dirección o subdirección. Todo esto se oficializaría en breve, a través de decretos y resoluciones que se esperan para esta misma semana.
Con esta decisión, Caputo deja de lado el proyecto de reforma que venía empujando Federico Sturzenegger. En cambio, apuesta por una reorganización más centralizada, en la que Economía pasa a tener la sartén por el mango tanto en lo político como en lo presupuestario.
En el caso del INTA, Caputo empezó a tomar las riendas desde fines del año pasado, cuando puso al frente a Norberto Bronzovich. A partir de ahí, comenzó un reordenamiento interno que incluyó cambios en el consejo directivo, buscando darle más peso al Estado en las decisiones.
Los números detrás de esta avanzada también son importantes. El INTA tiene asignado un presupuesto de $244.000 millones, gran parte destinado a sueldos. Pero según Sturzenegger, el gasto real rondaría los $400.000 millones, considerando los ingresos por tasas y derechos de importación que hoy manejan internamente, pero que podrían redirigirse al Tesoro.
El INTI, por su parte, maneja un presupuesto más acotado —$85.600 millones—, de los cuales un 72% va a salarios. Desde que está en manos de Daniel Afione, el organismo sufrió varias renuncias de directores que no estaban de acuerdo con el rumbo de ajuste que tomó la gestión.
Aunque públicamente Caputo y Sturzenegger se muestran alineados, puertas adentro se nota cierta tensión. Mientras el expresidente del Banco Central plantea que muchos entes descentralizados crecieron demasiado y deberían volver al control central, Caputo aprovecha la interna para consolidar su rol como el verdadero piloto económico del Gobierno de Javier Milei.