Bahía Blanca recibe una mano del BID: US$ 200 millones para la reconstrucción tras las inundaciones
El organismo internacional activó un paquete de ayuda de emergencias causadas por desastres naturales. El mismo procedimiento se utilizó en el terremoto de Ecuador en 2016 y el huracán Dorían en Bahamas en 2019.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Después del golpe durísimo que sufrieron en Bahía Blanca con las últimas inundaciones, llegó una buena noticia: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció una línea de crédito por 200 millones de dólares para ayudar en la reconstrucción de la ciudad. Según lo comunicó el titular del BID, Ilan Goldfajn, la entidad está "con Bahía Blanca" y lista para dar una mano en este momento complicado.
Este paquete de ayuda llega a través del programa "Facilidad de Crédito Contingente para Emergencias por Desastres Naturales y de Salud Pública (CCF)". Básicamente es un fondo diseñado para actuar rápido cuando ocurren desastres como este. No es la primera vez que el BID utiliza este sistema: ya lo hizo con el terremoto en Ecuador en 2016 y con el Huracán Dorian en Bahamas en 2019.
Además del crédito, el BID va a desembolsar 200.000 dólares más en forma de cooperación técnica de emergencia. ¿Qué significa esto? Es dinero que no hay que devolver y que servirá para encarar las primeras tareas de asistencia, limpieza y contención. Es una especie de salvavidas financiero para que Bahía Blanca empiece a ponerse de pie.
Este tipo de asistencia es clave en los primeros días después del desastre. Desde reparar infraestructuras críticas como caminos y puentes, hasta asistir a las familias afectadas, cada peso cuenta. Y en este caso, contar con apoyo técnico especializado también puede marcar la diferencia.
Solidaridad internacional al rescate
El respaldo del BID es un ejemplo claro de cómo la cooperación internacional puede hacer la diferencia en momentos difíciles. Ilan Goldfajn dejó en claro el compromiso del banco con la ciudad al afirmar que están “con Bahía Blanca” en esta crisis. En tiempos donde muchas veces la ayuda tarda en llegar o se pierde en trámites interminables, esta respuesta rápida es un alivio para los bahienses.
Ahora, la pelota está del lado de las autoridades locales y nacionales, que deberán coordinar los esfuerzos para que esta ayuda se traduzca en soluciones concretas. Desde infraestructura hasta la asistencia directa a los damnificados, la prioridad es clara: reconstruir Bahía Blanca y devolverle la normalidad a sus habitantes.
Mientras tanto, la ciudad sigue demostrando su temple. Las imágenes de vecinos ayudándose entre sí, bomberos y rescatistas trabajando sin descanso, y organizaciones sociales arrimando el hombro son un testimonio de la resiliencia bahiense. La llegada de este apoyo financiero es, sin dudas, un paso más hacia la recuperación.